El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, ha cerrado hoy la puerta a una posible negociación con el colectivo de okupas asentados en el barrio de Errekaleor y ha garantizado que los planes de derribo de los edificios ocupados sigue adelante.
En rueda de prensa Urtaran ha recordado que el proceso para el derribo de los bloques “sigue su curso” después de que el pasado 13 de septiembre el consejo de la sociedad municipal Ensanche 21 contratase el diseño del plan de acción correspondiente.
Para ello antes es necesario el desalojo de las cerca de 150 personas que residen en el barrio. Urtaran ha negado que se les vaya a volver a ofrecer alternativas para que se trasladen a otra zona de la ciudad, como ya hizo el Ayuntamiento al inicio de la legislatura al proponer unos pisos en el barrio de Arechavaleta.
“Lo que les hemos trasladado siempre es que en el momento en el que se fuera el último vecino legítimo ellos tenían que abandonar las casas, porque ese barrio no era seguro y el futuro de Errekaleor pasaba por derribar las viviendas y recuperar ese espacio para el Anillo Verde”, ha recordado el alcalde.
Entonces se les ofreció una alternativa “que pasa por el cumplimiento de unas mínimas condiciones” en otro lugar de la ciudad, para lo que “tendrían que identificar a las personas que viven en los pisos y hacer frente a una serie de obligaciones como el resto de ciudadanos”.
Sin embargo, Urtaran ha recalcado que esto “fue rechazado por el colectivo” y ha asegurado que el Ayuntamiento “no tiene más margen de negociación”.
“Creo que ya está todo dicho, aquí no cabe negociación posible y lo que queda es intervenir”, ha agregado.
La decisión del Ayuntamiento de derribar las casas de Errekaleor, justificado en el riesgo que presentan estos bloques, vino después de que técnicos de Iberdrola cortasen la luz en la zona a finales de mayo a raíz de un requerimiento del Gobierno Vasco para evitar incidentes por los enganches ilegales al alumbrado público.
Desde que en 2013 un grupo de estudiantes ocupase uno de los portales de Errekaleor el movimiento okupa ha crecido en este barrio hasta alcanzar las 150 personas y convertirse en un referente a nivel nacional.
Respecto a la ocupación de una serie de pisos del Casco Viejo que el Ayuntamiento iba a ofertar en alquiler para jóvenes, el alcalde ha lamentado que mientras el Consistorio “pone en marcha programas de alquiler social para jóvenes, muy asequibles, para dar respuesta a los problemas que tienen, venga alguien y los ocupe”.
“Están demostrando mucha insolidaridad con los jóvenes que quieren acceder al alquiler de estos pisos y no pueden porque hay otros que los ocupan sin pagar nada”, ha reprochado.