La “huelga de celo” iniciada por agentes de la Policía Local de Vitoria el pasado 31 de octubre cumple hoy 100 días sin que el equipo de gobierno PNV-PSE haya logrado un acuerdo con los sindicatos y con un incremento en las multas impuestas, que en enero duplicaron las de ese mismo mes del año anterior.
El grupo municipal de EH Bildu ha denunciado la ausencia de soluciones ante el conflicto en una nota de prensa en la que alude a la “incapacidad” del alcalde, Gorka Urtaran, lo que ha llevado “a normalizar una situación que siguen pagando los vecinos” de Vitoria.
“No estamos hablando sólo de las reivindicaciones laborales, sino que llevamos 100 días aguantando que algunos agentes de la policía municipal estén actuando, tal y como dijo literalmente el alcalde Urtaran el pasado 17 de noviembre, de forma ilícita y abusiva”, ha agregado la edil de la coalición abertzale, Iratxe López de Aberasturi.
En ese sentido, la formación ha comprobado en el Sistema de Información Contable (SICAP) del consistorio que los importes de las sanciones en concepto de multas por infracciones de tráfico se han duplicado con respecto a enero de 2017, al pasar de 661.711 a 1.193.079 euros.
Esto evidencia que parte de la plantilla de la guardia urbana continúa con la “huelga de celo” como medida de presión, que consiste en sancionar todas aquellas infracciones leves que detecten en peatones y conductores y que anteriormente se resolvían con una advertencia al infractor.
Estas sanciones llegan a alcanzar, de media, unos 200 euros por acciones como aparcar en doble fila, cruzar el paso de peatones en rojo o realizar labores de carga y descarga en doble fila.
Urtaran anunció en noviembre la apertura de expedientes informativos a los 6 agentes que más multas habían impuesto, y cifró en un 10 % el porcentaje de policías que secundaban la “huelga de celo”.
Por eso, EH Bildu ha lamentado que “sigue sin haber una respuesta, a pesar de que el alcalde señaló que está en desacuerdo con las formas ilícitas y abusivas de algunos policías municipales”.
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Me parece fatal que la gente de a pie que somos los trabajadores estemos cargando esta presión a una situación que no generamos, mientras los jefasos tienen parking