Leioa Waterpolo, ‘situación límite’

Nos hacemos eco de la delicada Alberto Castro.

Hoy lunes, 22 de Septiembre, la plantilla senior femenina del Leioa Waterpolo ha realizado su último entrenamiento en la piscina de Altzaga (Erandio), en compañía de la plantilla senior masculina, que mañana martes volverá a entrenar, ya por última vez, en unas instalaciones erandiotarras que echarán el cierre el miércoles para subsanar una avería en el vaso de la piscina grande.

Hasta aquí todo “normal”, si consideramos normales los acontecimientos recientes que han obligado al club a abandonar su piscina habitual de Sakoneta, clausurada por obras, y buscar cobijo para todas sus categorías (más de 150 deportistas) en hasta otras cuatro instalaciones a lo largo de las últimas semanas.
Tratando de ser positivos, se podría considerar que a pesar del grave contratiempo originado por el cierre de Sakoneta, y gracias al trabajo constante de técnicos y directivos, la predisposición y colaboración en todo momento del Ayuntamiento, y la voluntad y sacrificio de deportistas y sus familiares, la temporada 2014/15 del Leioa Waterpolo ha echado a andar con relativa normalidad, dejando a un lado el leve retraso en el inicio de los entrenamientos de la Escuela de Waterpolo, la reducción del horario de disponibilidad de piscina completa para los equipos absolutos y obviando las molestias que provoca el hecho de tener que entrenar en piscinas más alejadas de las habituales, traslados de materiales y equipamiento, etc.

Manteniendo esta tónica, lo “normal” sería que a partir de este miércoles las plantillas absolutas del club contaran con una nueva piscina donde poder retomar sus entrenamientos, no muy alejada de Leioa a ser posible y con unas dimensiones y disponibilidad de lámina de agua suficientes para poder llevar a cabo unos entrenamientos dignos de un equipo que milita en la categoría de plata del waterpolo femenino estatal y otros que hacen lo propio en las máximas categorías territoriales.

Sin embargo, a día de hoy el club vive en la agobiante incertidumbre de desconocer si el miércoles, y los días posteriores e incluso semanas, contará con una piscina para acoger esos entrenamientos. No dudamos de la voluntad de las partes implicadas en encontrar una solución, pero la situación se está tornando crítica. Es inconcebible que un equipo de élite del deporte bizkaino, con presencia (minúscula, pero presencia al fin y al cabo) en los medios de comunicación, que cuenta con el apoyo de la Diputación a través de la Fundación Bizkaia Bizkaialde Fundazioa, esté atravesando una situación en la que no tiene asegurada la posibilidad de poder entrenar a tan sólo tres semanas de su debut en una competición donde representa a su municipio y porta el estandarte del waterpolo bizkaino y vasco por toda la geografía estatal.

Desde el Leioa Waterpolo clamamos por una solución inminente a este grave problema, venga de donde sea. En este club nunca nos hemos caracterizado por rendirnos ante las adversidades y arrojar la toalla, todo lo contrario, pero la gente que lleva dedicando durante años todo su esfuerzo en sacar este proyecto adelante y hacerlo crecer hasta lograr los éxitos recientes empieza a albergar dudas y plantearse si todo ese trabajo podría irse por el retrete, y esto no lo podemos permitir. Necesitan una respuesta ya.

De todas formas, y dejando a un lado, si se pudiera, lo que acontezca con esta situación tan grave que estamos viviendo, debemos pararnos a reflexionar sobre qué se está haciendo mal en nuestro deporte, a nivel administrativo y de gestión y proyección de instalaciones, para que algo así pueda estar sucediendo en este momento.

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