British Water Polo. El naufragio inglés tras Londres 2012

Para venir a Cartagena, es necesario que el Rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta solo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres“. Contestación del Almirante guipuzcoano Blas de Lezo al Comandante británico Lord Vernon ante su mensaje de retirada a Jamaica tras el fracaso de tomar Cartagena de Indias en 1741.

Algo parecido está sucediendo al waterpolo en las islas al otro lado del canal de la mancha. Su armada, que parecía que tenía en Londres 2012 unos astilleros perfectos para construir una flota digna de recuperar los buenos años -o al menos sentar las bases para ello-, que tuvieron los ingleses a finales del XIX y principios de siglo XX, naufraga de la peor manera posible. Una historia que se repite constantemente en países donde albergan mundiales u olimpiadas con poca tradición en deportes acuáticos. Llega el objetivo y todos trabajan en base a eso, pero pasa la cita y, si no se ha trabajado la base y estructura adecuadamente, el barco acaba por tener defectos en su construcción y en los primeros compases de la navegación, la nave no responde como era de esperar y, acaba por hundirse para tragedia de los marineros y oficiales a cargo.

De este modo la escuadra británica y su HMS Water Polo está varado en un banco de arena tras toparse con la falta de fondos al no poder aspirar a los metales en las próximas citas internacionales pues, tal y como reconocen los técnicos nacionales, los eventos que vienen les quedan muy lejos para sus aspiraciones. Toda una fragata de líneas esbeltas que tiene un futuro poco prometedor dado el difícil contexto en el que está envuelto. Y el UK Sports, consciente de ello, no piensa costear la cara recuperación que supondría devolverlo al mar.

Buceando en el pasado

A finales del XIX y principios del siglo XX Gran Bretaña fue una potencia mundial de este deporte. Sus instalaciones acuáticas eran una maravilla fruto de la preocupación de las autoridades por la salud de la clase trabajadora. En 1906 se abrieron en Manchester la Victoria Baths, donde se decía que eran “a water palace of wich every citizen of Manchester can be proud“. Había piscinas en cada rincón del país y, fruto de ello, el espectáculo del Water Polo era una pieza fundamental. Tal es así que Gran Bretaña tiene en sus vitrinas 4 medallas de oro olímpicas obtenidas en Paris 1900, Londres 1904, Estocolmo 1912 y Antwerp 1920 (La de 1916 fue suspendida debido a la Primera Guerra Mundial). De modo que no hablamos de cualquier país en este mundo. Pero llegaron las vacas flacas y el waterpolo cayó en desgracia y no obtuvo participación olímpica desde Melbourne 1956 hasta Londres 2012.

Londo Swimming Club 1897./ Waterpolo Legends
London Swimming Club 1897./ Waterpolo Legends

 

Por ello, la cita en casa era importante para volver a recuperar la ilusión de un viejo sueño. La realidad fue diferente y el UK Sports, algo parecido al Consejo Superior de Deportes, tras la cita olímpica recortó los fundings desde entonces, perdiendo la Federación Inglesa de Natación para sus diversas disciplinas más de 4 millones de libras. En vista de lo cual, sus deportistas, se han visto obligados a marcharse del país, algunos de ellos en España.

Ante la falta de fondos públicos necesitan acudir a privados pero, no es nada fácil en un país donde el waterpolo es marginal. No sólo eso, las piscinas o community baths se han visto muy perjudicadas por los recortes de los concejos como la Wolverhampton Central Baths, la de Newcastle City Pool, Leicestershire Melton Mowbray Club o la de Coventry que de 50 metros pasará a 25 por la situación económica. A eso hay que añadirle que muchos niños no tienen donde nadar y han perdido el interés por los deportes acuáticos más allá de aprender a nadar. Por lo que, los ingleses, maestros de la oferta y demanda desde sus orígenes, son conscientes de que sin niños a los que enganchar a este deporte poco porvenir tienen.

Victoria Baths. / BBC Sports
Victoria Baths. / BBC Sports

El caso de GloucesterShire. Un deporte de “middle class”

En esta ciudad de Inglaterra, el Cheltenham Swimming and Water Polo Club, con más de 120 años de historia está atravesando graves problemas. Este club ostenta actualmente el campeonato británico de waterpolo y sus jugadores gastan una media de 4.500 libras (casi 6.000 euros) anuales por jugar a waterpolo según recoge la prensa local. Es además uno de los clubes punteros y, generalmente, varios jugadores son seleccionados para representar al país en el combinado nacional.

Los partidos cuestan 5 pounds a los asistentes, pero no es cantidad suficiente para satisfacer las arcas del club y son los jugadores en último término los que abonan las cantidades necesarias. De modo que de seguir así, el waterpolo puede convertirse en un deporte para la clase media de la ciudad y puede suponer un toque nefasto para la supervivencia de este deporte allá.

 

 

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