
Fue un partido con más que “tensión y polémica”. El Echeyde y el Rubà se jugaban en Tenerife el primer partido de la promoción por una plaza en lo más alto del waterpolo estatal. Un choque entre dos grandes escuadras igualadas, en una pileta de pequeñas dimensiones donde el roce serÃa inevitable dada la competitividad entre ambas plantillas y un mismo objetivo.
Pero más allá de los tÃpicos lances propios del waterpolo, el partido adquirió en los últimos compases un giro inesperado. El Echeyde, con total legitimidad, planteó un partido correoso, tratando de desquiciar al rival con la intención de aumentar las probabilidades de error en el adversario. Los principales ‘objetivos’ fueron los jugadores clave del RubÃ, como son los holandeses y MejÃas. Tratando de esta manera de dejar ‘fuera de combate’ a las piezas que dominaban el tablero del juego catalán. La estrategia fue funcionando en la primera parte del encuentro para el equipo entrenado por Juan Pablo Sánchez, pues el ataque del Rubà quedó frustrado en más de una ocasión bajo la férrea defensa tinerfeña. A su vez, los ataques ofensivos del cuadro canario daban sus frutos con goles certeros desde los cinco metros con un estelar Eridú Alcalá y como no, Edu Fernández.
En el ecuador del encuentro el Echeyde vencÃa por 7-4 en el marcador y ahà fue cuando comenzó el primer roce. En el cambio de campo, Raúl Silva -conocido como Tyson- propinó al único portero del Rubà un puñetazo en las costillas que dejó al arquero sin respiración en un intento de dejar a los catalanes sin referencia bajo palos. El colegiado David Gómez, no pudo percibir la agresión debido a que se produjo bajo el agua pero dado el alboroto, tomó nota para actuaciones a posteriori. Marc Pannon tuvo que ser atendido por sus propios compañeros mientras ambas escuadras se intercambiaron reproches bajo una grada que comenzó a intervenir en el partido reflejando su enfado contra el equipo visitante.
En el tercer tiempo al Echeyde se le habÃa acabado la gasolina. Se vieron frenados ante un Rubà más joven y con un abanico de jugadores de calidad mayor que los tinerfeños. Fruto de la falta de oxÃgeno o frustración , uno de los buques insignias del Echeyde, el boya uruguayo Santiago San MartÃn Curotto, pegó un puñetazo con el árbitro delante al jugador del Rubà MejÃas, acto violento que le costó la roja directa.
A partir de ahÃ, los canarios se quedaron sin referencia en ataque y comenzó la contra ofensiva catalana. El Rubà dio la vuelta al marcador y logró ponerse tres goles arriba, precisamente el último gol, en el mismo lugar donde un año atrás el Rubà marcó al Echeyde y les llevó al ascenso directo. En ese instante, para delirio del banquillo visitante, el partido se lió por completo y ahà quedó sepultado lo que podrÃa haber sido un partido de waterpolo aparentemente dentro del marco ‘lógico’.
La locura invadió la piscina. El entrenador local perjurando, la grada insultando e incluso algún puñetazo. Raúl Silva -otra vez Tyson-, se tiró al agua encarándose con el portero visitante desembocando todo ello en una tangana entre ambas escuadras. Uno de los entrenadores del Rubà fue objeto de un lanzamiento de un balón medicinal y un intento de agresión por la espalda. Los jugadores del CN Rubà ante las amenazas de la grada local tuvieron que esperar 45 minutos para salir de las instalaciones y marchar escoltados por la propia PolicÃa tras dispersas éstos al público airado.
En definitiva, una locura que no se ha visto reflejada en las crónicas escritas hasta el momento y que merecÃan unas breves lÃneas sobre lo ocurrido. En las redes sociales se ha podido observar la felicitación del Echeyde a su afición que estuvo “increÃble” y las crÃticas del entrenador tinerfeño a la pareja arbitral quejándose de su origen y recomendando a la Real Federación Española de Natación “hacérselo mirar”.