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Ayax Telamonio

El denominado Grupo del Pasquino ha sido interpretado como Ayax rescatando el cuerpo muerto de Aquiles del campo de batalla.

Las representaciones de Ayax el Grande o Ayax Telamonio fueron muy numerosas, tanto en el mundo griego como en el romano. El Torso del Belvedere podría ser, de hecho, una interpretación del siglo I a.C. de un modelo escultórico de gran fama en el mundo grecolatino que pudo estar situado en la tumba del héroe frente a Troya. Pero… ¿quién fue Ayax Telamonio?

Aquiles y Ayax juegan a los dados en esta ánfora pintada por Exekias. El tema es una prefiguración del destino que a ambos les depara la Guerra de Troya.

Ayax es uno de los héroes principales del ciclo troyano, el segundo en importancia tras Aquiles, el héroe griego por antonomasia. Hijo de Telamón –de ahí su sobrenombre- y Peribea fue bendecido por Heracles en el momento de su nacimiento quien lo cubrió con una piel de león, haciendo su cuerpo invulnerable, excepto en el hombro y la axila, zonas que habían quedado cubiertas por la correa de la aljaba.

Fue enrolado entre las fuerzas griegas enviadas a la guerra de Troya y a lo largo de la misma demostró su valor en numerosas ocasiones. Mientras Aquiles estuvo retirado de la lucha por su disputa con Agamenón, Ayax se destacó como el más importante guerrero griego. Libró dos combates singulares con el campeón troyano, el hijo del rey Príamo, Héctor; defendió el cadáver de Patroclo frente a los enemigos y recuperó el cuerpo de Aquiles tras su caída en el campo de batalla.

Esta última acción le llevaría, de forma indirecta a su trágico final. Tras la muerte de Aquiles el consejo griego se reunió para decidir a quién le serían entregadas las armas del héroe caído -uno de los mayores honores que podía recibir un guerrero griego- y la resolución se inclinó a favor de Odiseo, a pesar del valor demostrado por Ayax en su rescate. El héroe quiso vengarse y cegado por la ira y la locura de Atenea, arremetió contra un rebaño de cabras y ovejas creyendo que eran los miembros del consejo que había decidido en su contra. Cuando volvió en sí y se dio cuenta de su error, avergonzado por el deshonor que estos actos representaban, se suicidó clavando su espada en el suelo y lanzándose sobre ella.

Exekias pinta en esta ánfora de figuras negras a Ayax, clavando su espada en tierra, preparando su suicidio.
Itziar Martija: