A diferencia de lo que ocurre en otros templos griegos, en Egina se conservan esculturas correspondientes a tres frontones para un solo templo. Uno está relacionado con la parte occidental y data de en torno al 510-500 a.C. Los otros dos corresponderían a la fachada este y habrían sido realizados con un intervalo de unos 20 años. El primero, a la vez que el occidental y el segundo en torno a 490-480 a.C.
Pero ¿Por qué existieron dos frontones para un mismo lado del templo? ¿Y por qué se decidió cambiar las esculturas en un plazo de 20 años? La segunda pregunta puede contestar a la primera. Por algún motivo, el frontón se cambia pero ¿Cuál es ese motivo?
A pesar de la gran cantidad de teorías propuestas, los frontones eginetas siguen sin dar una respuesta aceptada unánimemente. Pudo ser que el primero de los conjuntos escultóricos se destruyese, bien durante las guerras con los persas que se produjeron por aquellas fechas, bien por motivos naturales.
También se ha barajado la posibilidad de que el primer frontón oriental estuviese hecho a base de una combinación de elementos pétreos (cabezas, brazos, piernas…, es decir las partes del cuerpo desnudas) junto a otros de bronce para los cuerpos, escudos, lanzas… Esta teoría parte del hecho de que Egina fue una de las principales productoras de bronce de la época, por lo que sería posible que hubieran aplicado una solución semejante, máxime cuando era costumbre añadir a las esculturas en mármol, ciertos elementos en broce. Sin embargo, aunque atractiva, la teoría es muy poco probable dado que no han aparecido los necesarios puntos de unión en los fragmentos conservados.
Finalmente, en base a los escasos restos conservados, hay quien opina que nunca existió un primer frontón oriental. Los fragmentos son pocos y los frontones actuales tienen más de 10 figuras cada uno -11 el oriental y 13 el occidental-por lo que no habría suficientes esculturas para completar el espacio.