X

¿Sabías que… Egina desencadenó la caída en desuso del peplo?

    Categories: Ciudades
Panorámica del Santuario de Delfos en el que se encontraba el famoso Oráculo de Apolo

Tal y como cuenta Herodoto en su Libro Quinto, sucedió que Epidauro sufrió una sucesión de malas cosechas que trajeron consigo la hambruna. Sus habitantes acudieron al santuario de Delfos en busca del oráculo de la Pitia. La respuesta fue clara, los epidaurios debían erigir dos estatuas, una a Damia y la otra a Auxesia, esculpidas en madera de olivo.

Por todos era conocido, que los mejores olivos procedían del Ática, por lo que los habitantes de Epidauro solicitaron la madera a Atenas. A cambio, los atenienses les obligaron a pagar un tributo anual consistente en ofrendas para Atenea y Erecteo.

El Erecteion es un templo construido en honor al mítico rey de Atenas Erecteo. En su pórtico sur, también conocido como Pórtico de las Cariátides, seis jóvenes vestidas con el típico peplo ateniense, representan a las doncellas que participaban en los rituales en honor de Atenea.

Pero sucedió, que con el tiempo, los eginetas que habían estado sometidos al poder de Epidauro, vieron crecer su poder marítimo, consiguiendo finalmente su independencia, que se tradujo en el robo de las dos esculturas de madera de olivo. Cuando los atenienses, solicitaron ese año, su tributo a los epidaurios, éstos se negaron alegando que ya no eran los propietarios de las dos estatuas.

Así las cosas, los atenienses enviaron a Egina una delegación de hombres encargada de la recuperación de ambas imágenes. Intentaron moverlas pero no pudieron. Finalmente, las ataron y trataron de arrastrarlas hacia las naves. Con gran prodigio, ambas esculturas cayeron de rodillas y ante el asombro de los atenienses, los eginetas, con la ayuda de los árgivos, acabaron con todos los atenienses menos uno.

Cuando este único hombre regresó a Atenas, las mujeres de los delegados enviados a Egina se abalanzaron sobre él y al oír las terribles noticias se arrancaron los alfileres de sus peplos y dieron muerte al emisario. A raíz de este hecho, el gobierno ateniense prohibió a las mujeres la utilización del peplo dorio que hubo de ser sustituido por el chitón, una vestimenta de lino, mucho más fina, para la que no era necesario utilizar alfileres como los que sirvieron de armas a estas mujeres.

Itziar Martija:

View Comments (1)