Hokusai, “el viejo loco por el dibujo”, Hirosighe y Utamaro, los grandes maestros del Ukiyo-e (escuela pictórica también conocida como “la pintura del mundo inestable”), sirvieron de ejemplo y modelo a los artistas con sed de nuevas tendencias.
El aspecto primitivo y puro de las estampas japonesas, interesó de modo especial a los jóvenes pintores: Monet, Manet, Van Gogh, Degas, Gustave Caillebote, y también Gauguin y sus amigos del grupo de Pont-Aven.