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Ruskin y la Hermandad Prerrafaelita

Johon Ruskin fue uno de los mayores y más tempranos apoyos con los que contó la recién surgida Hermandad Prerrafaelita. Sus extensos conocimientos artísticos y sus novedosa perspectiva acerca del camino que debía seguir la pintura contemporánea, le llevaron a convertirse en el principal valedor del nuevo movimiento.

Este cuadro titulado Mariana, basado en un poema de Tennyson, fue uno de los tres que Millais exhibió, en la Royal Academy, en 1851.

Su primer contacto con la Hermandad se produjo a raíz de la exposición que los prerrafaelitas hicieron en la Royal Academy en 1851. La muestra atrajo un aluvión de críticas negativas que se tradujeron, por mediación de una amigo común –Coventry Patmore– en el envío de una carta de Ruskin al diario The Times, en la que el crítico dejaba traslucir su inclinación por los ideales y metas que animaban la nueva pintura de los jóvenes artistas, aunque se mantenía distante en lo que al grupo se refería.

La respuesta de agradecimientos de la Hermandad no se hizo esperar. Y, a la vuelta de correo, el propio Ruskin se personó en el domicilio de Millais -desde el que se había enviado la carta de agradecimiento.

De todos los miembros de la Hermandad, fue precisamente con él con quien Ruskin llegó a tener un trato más intenso. La suya fue una verdadera relación mentor-alumno, en la que Ruskin adoptó un papel de superior intelectual en relación a Millais. Vio en él las cualidades más atractivas que, a su juicio, debía poseer un pintor moderno y, a través de su particular visión del nuevo arte, Ruskin trató de convertir a su protegido en el sucesor de su mayor ídolo, Turner.

Como parte de su formación, Ruskin atrajo a Millais hacia sus paisajes favoritos y, durante varios años, trató de lograr que le acompañase a aquellos lugares que tanto habían influido en la forma de entender el arte del primero. Finalmente, en el verano de 1853, ambos viajaron juntos a Escocia. Allí, Millais, claramente influido por los paisajes de Ruskin, pinto el retrato de su mentor, con el cual, en palabras del propio Ruskin dispondremos de los dos torrentes más maravillosos del mundo, el San Gotardo de Turner y el Glenfinlas de Millais.

Sin embargo, la relación entre ambos no tardaría en cambiar y deteriorarse. La intensa personalidad de Ruskin y las formas, progresivamente divergentes, que ambos tenían de entender la pintura les llevaron a apartarse definitivamente uno del otro. El desencadenante definitivo de la ruptura se produjo cuando el escándalo se desató en el hogar de los Ruskin. Effie, la bella esposa de Ruskin consiguió la nulidad matrimonial para poder casarse con Millais, lo que acabó con la relación entre ambos artistas.

A pesar de la ruptura de su relación con Millais, Ruskin continuó apoyando a la Hermandad Prerrafaelita, llegando incluso a sustentar económicamente a algunos de sus miembros.

Itziar Martija: