Además de en la anatomía cerebral y en los circuitos neuronales, el cerebro masculino y el femenino también se diferencian en el tipo de patologías que padecen.
Se diagnostica el doble de depresiones a mujeres que a hombres y se sabe que los cerebros femeninos producen la mitad de serotonina que los masculinos. La serotonina es un neurotransmisor relacionado con la depresión. Los cerebros femeninos tienen más receptores de serotonina (del tipo más común) que los masculinos, pero tienen menos transportadores de este neurotransmisor. Los transportadores son necesarios para reciclar la serotonina una vez ha hecho su trabajo y se ha liberado del receptor, por lo que si hay menos transportadores, menor es la cantidad de serotonina disponible en la neurona que transmite su información a otra (mediante una sinapsis). Y se sabe también que variaciones en este dispositivo hacen que unas mujeres sean más propensas a la depresión que otras. Las mujeres responden mejor al tratamiento con Prozac que al tratamiento con antidepresivos que actúan sobre otros neurotransmisores.
Los varones, por lo visto, nos deprimimos menos, pero a cambio, tenemos otros problemas. Es más probable que los varones padezcamos trastornos tales como el autismo, el síndrome de Tourette, la dislexia, la tartamudez, el trastorno por déficit de atención y la esquizofrenia temprana. Algunos neurocientíficos piensan que estos problemas pueden ser consecuencia de la acción de las prostaglandinas en los momentos inmediatamente anteriores y posteriores al nacimiento; las prostaglandinas son sustancias similares a las hormonas que contribuyen a masculinizar el cerebro del recién nacido. El caso es que estas sustancias tienen también efectos inflamatorios, por lo que se especula con la posibilidad de que excesos accidentales de concentración, -debidos a alguna infección o a la acción de alguna droga-, puedan producir una inflamación del cerebro con efectos patológicos.
Así pues, al igual que ocurre con el dolor y sus circuitos, en el caso de numerosas patologías o trastornos mentales, la variable sexo es muy relevante, y es importante conocer con precisión las diferencias ligadas a esa variable. De ese conocimiento se beneficiarén, con toda seguridad, quienes padecen los trastornos en cuestión.
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