La tarjeta postal con la exigencia de devolución de los libros fue remitida por la Biblioteca Municipal de Salzburgo en abril de 1983, pero no llegó a su destinataria hasta hace un par de semanas, informa hoy la página web de la radiotelevisión austríaca ORF.
Hertha Groh, receptora de la tardía reclamación para devolver los libros y que tiene hoy 80 años, reconoce haberse reído de buena gana cuando encontró en su buzón la tarjeta, en la que se le advierte de que ha de abonar cinco chelines (la entonces moneda austríaca), unos 30 céntimos de euro, por cada libro y semana de retraso.
Aún no se ha aclarado el porqué del retraso de la reclamación de los libros ni cómo la tarjeta, franqueada, pero no sellada por correos, ha llegado finalmente a su destino.
La reclamación que pide la devolución de los libros forma ahora parte de los fondos del museo de la Biblioteca de Salzburgo, donde actualmente las multas por retraso de devoluciones es 12 veces más altas que hace 29 años.
En esta ocasión el error pudo haber sido del servicio de correos, aunque no esta claro, pero no sería la primera vez que se realiza una devolución de un libro a una biblioteca con décadas de retraso. Este mismo año una mujer devolvió un libro de Oscar Wilde a la biblioteca de Chicago con 78 años de retraso. Ella también se ahorró la multa.