Atención coleccionistas de rarezas y buscadores de chollos: se vende termómetro de 40 metros en Baker, Nevada, visible desde varios lugares de la Interestatal 15, la vía por la que cada día pasan millones de vehículos desde y hacia la ciudad de Las Vegas.
Según informa el Los Angeles Times, el termómetro lleva estropeado varios años, para desconsuelo de los habitantes y los comerciantes de Baker, que ven a su querido termómetro convertido en una especie de monstruo sin vida.
Pero su dueño está convencido de que su privilegiada posición, cerca de la Interestatal 15 y visible a varios metros de distancia, acabará por seducir a más de un posible comprador.
“Es todo un icono. Todo lo que hace falta es que alguien lo arregle”, ha declarado Baron Castillo, el responsable de la empresa que gestiona la venta.
El precio de semejante ‘ganga’ es de 1,75 millones de dólares, algo más de 1.320.000 euros, e incluye la tienda de regalos situada en la planta baja y una adyacente de más de 16.000 metros cuadrados.
Hasta el momento se han mostrado interesadas en la venta dos compañías publicitarias, pero las negociaciones están aún en fase preliminar.
El termómetro gigante, cuya altura equivale a un edificio de 13 pisos, fue construido en 1991 por el empresario local Willis Herron, que pagó 700.000 euros por construirlo pegado a su restaurante, el Bun Boy.
La altura de la mole no es casual, sus 134 pies (40,843 metros) son un homenaje a la temperatura más alta jamás alcanzada en el cercano y famoso Valle de la Muerte: 134 grados Fahrenheit (56,6 ºC).