La Fiscalía de Gipuzkoa pide un año y cinco meses de prisión para un hombre al que acusa de conducir sin carné y de forma temeraria por el centro de San Sebastián a cien kilómetros por hora, intentar arrollar a un ertzaina que le dio el alto, embestir a un coche policial, y darse a la fuga.
Según el escrito de acusación del Ministerio Público, al que hoy ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron sobre las 5:15 horas del 31 de mayo de 2011, cuando el procesado, de nacionalidad francesa, circulaba en un turismo Renault Clio presuntamente bajo la influencia de bebidas alcohólicas y con sus facultades y psíquicas “mermadas”.
El documento concreta que, al llegar a la calle Zabaleta de la capital donostiarra, adelantó, a más de cien kilómetros por hora y por la derecha, a un coche de la Ertzaintza camuflado, invadiendo el carril bus.
Los agentes alertaron entonces a otra patrulla que se encontraba en la Avenida de Zumalakarregi, que cruzó en la calzada su coche policial con los distintivos luminosos activados para que el acusado detuviera su marcha, mientras uno de los agentes se situaba delante del vehículo con el fin de darle el alto.
Sin embargo, el imputado, “lejos de detenerse” sorteó el coche patrulla y “estuvo a punto de atropellar” al ertzaina, que “se vio obligado a apartarse para evitar ser arrollado”.
A pesar de ello, la patrulla camuflada consiguió darle alcance en la Avenida de Tolosa y, como no hizo caso de sus requerimientos para que se detuviera, se situó delante del turismo fugitivo que embistió al coche policial y dio marcha atrás “con intención de huir” sin éxito ya que, finalmente fue arrestado por los agentes.
Al ser sometido a la prueba de la alcoholemia, el encausado arrojó sendos resultados positivos de 0,96 y 0,99 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
La Fiscalía considera estos hechos constitutivos de un delito contra la seguridad vial por conducción con temeridad manifiesta, un delito de desobediencia y otro de conducción sin haber obtenido nunca el permiso de conducir, por los que reclama penas que suman un año y cinco meses de cárcel, tres años de privación del derecho de conducir y una multa de 3.240 euros.
Asimismo, solicita que el procesado indemnice con 889 euros a la empresa de leasing propietaria del coche policial camuflado, por los desperfectos sufridos.