Un hombre, que fue detenido en la oficina de Correos de Lezo (Gipuzkoa) cuando pretendía retirar un paquete remitido desde la República Dominicana con casi 800 gramos de cocaína, ha aceptado una condena de tres años y medio de prisión en el juicio por estos hechos celebrado hoy en San Sebastián.
Durante la vista, que ha tenido lugar esta mañana en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, el encausado se ha mostrado conforme con la petición que ha realizado la Fiscalía, por lo que ha sido condenado a la citada pena de cárcel y a abonar una multa de 55.625 euros, como responsable de un delito contra la salud pública y otro de integración en grupo criminal con la atenuante de toxicomanía.
No obstante, la pena de reclusión le ha sido suspendida con la condición de que siga un tratamiento de deshabituación y no vuelva a delinquir durante tres años y medio.
Según recoge el escrito de acusación del Ministerio Público, el ahora condenado y un segundo hombre ya fallecido “formaban una estructura dirigida a introducir en territorio español” el citado paquete procedente de la República Dominicana con droga “de un alto grado de pureza”, para posteriormente “preparar dosis individuales destinadas a la venta”, tras cortarla “con otros excipientes”.
Los dos encausados habían acordado que el fallecido, “como destinatario del paquete”, entregaría al ahora condenado su DNI y una autorización manuscrita” para que éste “lo recogiera en Correos” en su nombre.
De esta manera, el acusado fue detenido el 26 de marzo de 2015 en la citada oficina postal cuando recepcionó el envío, que contenía dos latas de conserva con la citada droga, valorada en 55.625 euros, desconocedor de que días atrás el paquete había sido interceptado en el aeropuerto de Barajas y de que un juzgado de Madrid había autorizado su “entrega vigilada” al destinatario.
Posteriormente, la Guardia Civil entró en el domicilio del hombre al que originariamente había sido remitido el paquete y durante su registro fueron incautaron 34 gramos de cannabis y 12 gramos de anfetaminas, así como una báscula de precisión, plásticos destinados a la preparación de dosis individuales de droga, un rollo de alambre, y dos tarjetas telefónicas empleadas para mantener contactos con compradores de sustancias psicotrópicas y estupefacientes.