El Palacio Miramar, que vemos en esta imagen de Txomin Rezola.
El gobierno municipal de San Sebastián ha renovado hoy la cesión gratuita del Palacio Miramar durante 20 años al consorcio formado por el Ayuntamiento, la Diputación de Gipuzkoa y el ejecutivo vasco, el cual prevé encomendar su gestión a finales de año a la sociedad pública del centro Kursaal.
Así lo ha anunciado este martes el alcalde, Eneko Goia, en una rueda de prensa en la que ha informado de que la Junta de Gobierno Local ha acordado otorgar “la concesión administrativa” de ese emblemático espacio donostiarra al “Consorcio Palacio Miramar”, que conforman las tres citadas instituciones.
Se trata en definitiva de “ceder” al consorcio las instalaciones del palacio, que son propiedad del Ayuntamiento, para que continúe gestionándolas 20 años más, ha dicho Goia, quien no obstante ha agregado que, posteriormente, esta entidad “cederá” a su vez la gestión de sus usos.
Tras “la discusión” suscitada en el pasado sobre la posibilidad de convertir una parte de sus dependencias en alojamiento turístico, ésta es “una fórmula pacífica y de sentido común”, porque “la experiencia y proyección internacional” que tiene el Kursaal dará al Palacio Miramar “valor y probablemente mayor uso”.
El alcalde ha explicado que “la previsión inicial” era llevar a cabo ese encargo de gestión después del verano, una vez terminados los Cursos de Verano de la UPV/EHU pero como, debido a la crisis sanitaria, el palacio ha estado cerrado, la universidad estival “prolongará su actividad más de lo habitual” y “no tendría sentido” formalizar la operación con las dependencias aún ocupadas.
El planteamiento sobre el que “se trabaja”, ha precisado, es que la sociedad pública del Kursaal -constituida por el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación Foral de Gipuzkoa- se ocupe de gestionar las actividades del Palacio Miramar por encargo de las tres instituciones que conforman su consorcio, dado que “una adscripción directa del bien” supondría eliminar de ese recurso al Gobierno Vasco ,
El palacio “tendrá su propio presupuesto”, ha dicho, y sus usos seguirán siendo similares a los actuales, es decir, actividades culturales y eventos o reuniones empresariales, previsiblemente de menor tamaño que las que se desarrollan en el centro Kursaal.
Además de los Cursos de Verano, Goia ha señalado que podrán celebrarse en el antiguo palacio real exposiciones y muestras puntuales, como hasta ahora, al tiempo que se baraja la posibilidad de organizar visitas a sus dependencias.
Por otro lado, el alcalde ha informado de que los trabajos en la casa del faro de la isla de Santa Clara para albergar el conjunto escultórico de Cristina Iglesias discurren “más o menos según lo previsto” pues, a pesar de la crisis por la pandemia, “no ha habido grandes retrasos”.
A partir del 1 de julio, el Ayuntamiento organizará “una apertura paulatina” de los lugares de esparcimiento y baño habituales durante el verano, salvo de los de la parte alta, donde proseguirán las obras.
El traslado del gran vaso de bronce, cuya confección ya está terminada en los talleres de Eibar, se producirá “en helicóptero y en trozos”, para después volverlos a ensamblar “in situ”, ha indicado Goia, que no ha querido desvelar la fecha en la que tal operación se llevará a cabo y se ha limitado a decir que será “pronto”.
Respecto a las quejas de algunos grupos ecologistas por las afecciones que estas obras podrían estar produciendo en la fauna y flora de la isla, ha asegurado que “la situación es óptima” y que, incluso, esta primavera han anidado en enclave gaviones atlánticos que “parece que prosperan”, algo que no ha ocurrido los años anteriores. “Se han tomado medidas especiales” y se trabaja “con cuidado y precaución”, ha zanjado. EFE