- En el centro de la tormenta
Como casi todos los franceses de cierta edad, está a punto de cumplir los setenta años, BERTRAND TAVERNIER es un entusiasta enamorado del cine estadounidense, de la novela negra y del jazz y el blues, géneros que fueron muy apreciados en Francia tras la segunda guerra mundial. Quizá recuerden sus incursiones en el cine musical con MISSISSIPI BLUES o ALREDEDOR DE LA MEDIANOCHE, esta última a mayor gloria de DEXTER GORDON.
Aficionado a la novela policíaca adaptó en sus comienzas a SIMENON y hace treinta años llevó al cine la impresionante 1.280 ALMAS de JIM THOMPSON, aunque ambientándola en AFRICA. Pero TAVERNIER siempre ha querido rodar en ESTADOS UNIDOS una historia negra. Ahora lo ha hecho. El problema es que ha elegido la sexta novela de DAVE ROBICHEAUX, un detective creado por JAMES LEE BURKE, autor con treinta libros publicados, dieciocho con este personaje que ya fue presentado en la pantalla con la cara de ALEC BALDWIN en LOS PRISIONEROS DEL CIELO.
Reconozco que no me gustan las novelas de BURKE aunque cumplen con todos los preceptos de la investigación y de reflejo de la sociedad. Pero son todas tan previsibles, tan aburridamente repetidas, que no figura entre mis autores favoritos. TAVERNIER también ha dirigido una película muy clásica, modélicamente contada, fantásticamente filmada, inevitablemente aburrida.
Tampoco ayuda que abunden las casualidades en la solución del caso y que haya una subtrama fantástica que no beneficia en nada a la historia. Hasta a TOMMY LEE JONES se le va aburriendo el gesto a lo largo del film. Y eso que la parte interpretativa está muy bien cubierta con un reparto de veteranos muy entregados.
No le está sentando nada bien el siglo XXI a BERTRAND TAVERNIER porque después de habernos dejado títulos como LA VIDA Y NADA MAS y CAPITAN CONAN sus mas recientes trabajos como LA PEQUEÑA LOLA, LA PRINCESA DE MONTPENSIER o el que nos ocupa no están a la altura de su talento. No obstante a mas de un director famoso le gustaría filmar con la elegancia de BERTRAND TAVERNIER.
Félix Linares