Laudio/Llodio

¿Eres de Laudio-Llodio? Si vives en el pueblo, ¿tienes tu casa en Gardea? ¿Quizás en Larrazabal? ¿Es Ugarte la zona en la que resides? Los tres que hemos citado son algunos de los barrios que conforman el territorio laudioarra (no los únicos, por supuesto). Estamos seguros de que has tenido la oportunidad de escuchar, en casa o en la calle, alguna de las anécdotas, chascarrillos e historias de la zona de la que procedes; en este texto, vamos a rescatar algunas de ellas, a modo de ejemplo, tras haber echado un vistazo a la obra “El valor de la memoria. Recuperación de la memoria colectiva de Laudio-Llodio”, que editó la Cofradía del Señor Sant Roque, por medio de la Fundación Amalur, en 2007. Comenzamos ;-).

-En Gardea tenían una mítica: “la casa del solitario”. En la subida a Elorritxugane vivía un hombre aislado de todo y de todos, en cuya casa no había ni luz eléctrica; tan solo se rodeaba de algunos animales domésticos. Los chavales de Gardea, fascinados por su vecino, se armaban de valor y, “en grupo“, subían hasta los aledaños de la cabaña del citado “solitario“, “husmeando y espiando lo más cerca que su miedo les permitía“. ¿Sería como para tanto, esta casa del solitario?

–Ugarte es un barrio a cuyo territorio pertenece la iglesia de Santa María del Yermo, pero todo el mundo en Llodio conoce a este lugar como Santa Lucía, “en honor a la pequeña ermita situada junto a dicha iglesia“, explican en el libro con el que nos hemos documentado. La zona de Santa Lucía, al estar tan lejana del centro de Laudio, obligaba a sus vecinos a una cierta autonomía: contaban con su propia escuela y su propio cementerio, por ejemplo. Si vivís en Isusi o en Dúbiris, que son rincones pertenecientes a este lugar, lo sabréis muy bien :-).

-A Larrazabal, que, como apuntan en “El valor de la memoria”, es una de las cuatro cuadrillas que componían, antiguamente, el pueblo de Llodio, no llegó el tendido eléctrico hasta 1949 ni el agua potable municipal hasta la década de los setenta del pasado siglo XX. Hasta entonces, los vecinos se arreglaban con fuentes públicas que, eso sí, quedaban, en muchos casos, un tanto alejadas de los caseríos del barrio.

-En Larra pueden presumir del que dicen que es el edificio más antiguo de Laudio: se trata del caserío Etxezarre, que quiere decir, en euskera, ni más ni menos, “casa vieja”.

-En Areta, en los años cincuenta del siglo XX, un hombre clave era José Luis Laburu. Estamos seguros de que era muy majo, y querido por sus vecinos por sus cualidades humanas, pero el hecho es que una característica suya le convertía en imprescindible: tenía coche, lo que era poco habitual. Cada vez que alguien de Areta debía bajar a Bilbao o subir a Vitoria para realizar cualquier gestión, no fallaba: José Luis siempre estaba dispuesto a llevarle. “Todo ello lo realizaba con agrado -explican, en el libro que hemos consultado nosotros-, y se conformaba con un ‘gracias’; de hecho, para que sus vecinos no se sintieran en deuda con él, siempre aprovechaba el viaje para realizar algún papeleo“. Grande, José Luis Laburu :-).

Hasta aquí, lo de hoy; en otra ocasión, más historias de Llodio. ¡Un saludo!

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