Representantes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco y de la Diputación de Álava se van a reunir el próximo martes para analizar las causas de los últimos accidentes mortales registrados en la A-625, entre Amurrio y Llodio, y “tratar de establecer las posibles medidas correctoras”.
Así lo aseguró la pasada semana en un pleno de control la titular de este departamento, Estefanía Beltrán de Heredia, en respuesta a una pregunta formulada por la parlamentaria de EH Bildu, Eva Blanco.
Blanco ha pedido a Beltrán de Heredia medidas ante lo que en su opinión es un “punto negro” de las carreteras vascas, ya que desde 2008 han fallecido en este tramo doce personas, incluidos los dos hombres que murieron en una colisión frontal la semana pasada.
Este siniestro se sumaba además a otro ocurrido diez días antes en el mismo lugar en el que falleció un hombre de 77 años.
Beltrán de Heredia ha asegurado que estos siniestros están siendo analizados “exhaustivamente” por los técnicos de la dirección de Tráfico del Gobierno Vasco y de la Ertzaintza y ha avanzado la reunión que va a tener lugar el próximo martes con la Diputación alavesa.
“Veremos las posibles causas para intentar poner medidas”, ha resumido la consejera.
Beltrán de Heredia también ha resaltado que el borrador sobre la evolución de la accidentalidad en las vías vascas que manejan los técnicos de tráfico muestra que entre 2005 y 2012 esta accidentalidad “se ha reducido prácticamente a la mitad” y que concretamente en ese tramo de la A-625, la reducción ha sido “mayor” que en el resto de la comunidad.
Para la consejera este dato debe servir para “no acrecentar la alarma”, pero “sin restar importancia” a estos accidentes.
Blanco ha insistido en la necesidad de poner “soluciones” para evitar que se repitan estos accidentes en esa vía y ha recordado que en la zona hay dos radares fijos, pero que uno está “calcinado desde 2011” y que eso sí que es competencia del departamento que dirige Beltrán de Heredia.