Método Arrieta

Ahora llega la celebración de la Navidad y a mí me vienen recuerdos de niñez, del calor del hogar y el frío del sanatorio donde estuve. ¡Era tan tierno recibir los abrazos de mi madre, de mi padre! Se iluminaba mi rostro.

Huele a Navidad, brillan multitud de luces, se compra y come en demasía (los que tienen poder adquisitivo), no obstante, el verdadero sentido de dicha celebración se debiera de darse cada día del año. ¡Sería tan hermoso que todos estuviésemos en pos de los demás! El egoísmo nos destruye y no somos conscientes de ello.

Llega la Navidad, me impregnan los sonidos de las voces de los niños al cantar, miro al cielo y veo nubes cargadas de la bendición del oro transparente. Me llega al alma todo lo que siento en cada instante, es mágico.

Mi padre murió hace casi seis años, mi madre falleció el día de Santiago y los echo de menos recordando su calor humano.

¡VIVID LA NAVIDAD DE DICIEMBRE Y LA DE CADA DÍA DEL AÑO!

Mentxu