Las dos Escuelas Taller impulsadas por el Ayuntamiento de Pamplona/Iruña han formado más de 1.500 alumnos, con una inserción laboral que supera el 85%, desde que en 1986 se pusiera en marcha la primera de ellas, la Escuela Taller de Rehabilitación del Casco Viejo.
Así se ha puesto de manifiesto hoy con ocasión del acto conmemorativo del 25 aniversario de las Escuelas Taller, de las que actualmente existen dos, una de ellas, la de Construcción-Rehabilitación que ofrece especialidades de albañilería-rehabilitación y reformas (30 plazas), carpintería de madera-montaje y restauración (15 plazas) y cantería y conservación del patrimonio (15 plazas).
La otra es la Escuela Taller de Forestal, Soldadura y Fontanería e Instalaciones Solares Térmicas, que forma a alumnos en estas tres áreas con 14 plazas en cada uno de los grupos.
Ambas están cofinanciadas por el Consistorio y por el Gobierno de Navarra, de forma que el Ayuntamiento de Pamplona, desde 1998, año de entrada en funcionamiento del Servicio Navarro de Empleo (SNE), ha invertido 24 millones de euros de los que 11 millones de euros han sido aportados por el Gobierno de Navarra a través del SNE.
Según ha informado hoy el consistorio pamplonés en una nota, el primer centro se denominó Escuela Taller de Rehabilitación del Casco Viejo, tuvo una duración de 3 años y el número de plazas fue de 48, para formación en albañilería especialidad en acabados, albañilería especialidad en ladrillo caravista y carpintería de madera.
Tras aprobarse en 1988 la primera normativa sobre este tipo de escuelas y fijarse la duración en un máximo de 2 años, en 1998 se puso en marcha una segunda escuela taller municipal con especialidades relacionadas con el medio ambiente: jardinería, riberas y forestal-cañadas.
Desde 1986 hasta ahora se han llevado a cabo 9 ediciones de la Escuela Taller de Construcción y 6 ediciones de la Escuela Taller de Medio Ambiente que ha ido incorporando nuevas especialidades, como Fontanería e Instalaciones Solares Térmicas que se ha puesto en marcha en la última edición.
Aunque en total las plazas iniciales han sido unas 800, la realidad es que los jóvenes formados han ascendido a más de 1.500 ya que cuando una persona matriculada causa baja su lugar es ocupado por otra.
La inserción laboral del alumnado ha estado siempre por encima del 85% e incluso superado el 90%, salvo en las últimas promociones que, coincidiendo con las crisis, han alcanzado el 77% en Forestal y Soldadura y el 65% en la Escuela Taller de Construcción.
Las escuelas taller ofrecen formación a jóvenes de ambos sexos con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años y que reciben un salario mientras aprenden un oficio.
El curso tiene una duración de dos años, de forma que durante los 6 primeros meses los alumnos reciben una beca de formación y a partir de este periodo son contratados (contrato de formación con renovaciones semestrales) y trabajan de 7,40 a 15 horas percibiendo una retribución similar al Salario Mínimo Interprofesional.
Entre la formación, que tiene un total de 3.600 horas, hay clases teóricas donde se abordan los conocimientos técnicos necesarios para cada especialidad, los talleres en los que se ponen en práctica los conocimientos adquiridos, las clases de refuerzo sobre conocimientos básicos, la formación en prevención de riesgos laborales, la formación sociopersonal y los cursillos sobre temas especializados.
Además, mientras se capacitan, el alumnado de las Escuelas Taller trabaja en iniciativas que revierten en toda la ciudad.
Así, por ejemplo, entre las más importantes realizadas por la de Construcción se citan las rehabilitaciones de Carmelitas; del Cuerpo de Guardia, la Puerta de Socorro y otros espacios de la Ciudadela; del Monasterio Viejo de San Pedro o del puente de San Pedro.
Otras obras han sido el acondicionamiento de varias bajeras municipales para diversos usos y de un centro socio-comunitario en la Chantrea, así como de la sede de la Policía Municipal.
Asimismo, los jóvenes han participado en la readaptación y acondicionamiento de apartamentos tutelados municipales, en la restauración y réplica de la Carraca de S. XVIII de la Catedral, en el palomar de la Taconera, en la restitución de ventanas del Colegio de San Francisco o en Unidades de Barrio, entre otros espacios.