La lluvia que de forma continuada ha caído durante toda la mañana en Pamplona ha impedido, en el día del patrón de la ciudad, la celebración de la tradicional procesión con la imagen de San Saturnino y ha deslucido los actos organizados al aire libre.
En todo caso, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos ha podido cumplimentar su esperada cita con los niños a la salida de la Misa, ya que en un momento sin lluvia han aprovechado para bailar en la Plaza Consistorial ante el deleite de los pamploneses que esperan este acto como uno de los pocos en los que saludar a las centenarias figuras fuera de los sanfermines.
Así, tras la suspensión de la procesión con la que se iniciaban los actos de este día, la Misa en la Parroquia de San Cernin ha sido la celebración más concurrida, a la que ha acudido la Corporación municipal en cuerpo de ciudad.
Presidida por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González, la eucaristía ha estado amenizada con la música de la Capilla de Música de la Catedral, dirigida por el maestro Aurelio Sagaseta y con Julián Ayesa al órgano.
Concluida la celebración litúrgica, la Corporación municipal ha regresado a la plaza Consistorial, donde esperaban centenares de pamploneses bajo sus paraguas, que finalmente han podido asistir al baile de las ocho figuras de gigantes, acompañados por los cabezudos y también de los txistularis y dantzaris.
El programa festivo se completará a las 8 de la tarde con un nuevo concierto extraordinario de la banda “La Pamplonesa” en el Teatro Gayarre, con el coro Premier Ensemble de la Asociación Gayarre de Amigos de la Ópera (AGAO), en una sesión de “Romanzas y coros de Zarzuela”.
La actuación de la banda de música municipal y un coro de más de 70 voces, además de la interpretación de una selección de fragmentos de libretos como “Luisa Fernanda”, “La Verbena de la Paloma” o “Gigantes y cabezudos”, contará con el estreno de la composición de Máximo Olóriz “Himno a Pamplona”.
Según ha informado el consistorio en una nota, el culto a San Saturnino, de origen francés, fue traído por los peregrinos jacobeos hasta el burgo medieval de San Cernin, que dedicó a este santo y mártir su parroquia, el templo gótico que lleva su nombre.
La celebración en tono a su figura está documentada desde tiempos medievales en la catedral y en la parroquia, con sus correspondientes oficios litúrgicos.
El Pleno del Ayuntamiento/ Regimiento pamplonés, hizo el 26 de noviembre de 1611 voto a San Saturnino en consideración al arraigo popular del santo por la labor evangelizadora en la capital Navarra, una tarea que la tradición atribuye al mártir cristiano.
Entre 1626 y 1644 el voto será ya patronazgo, en un contexto de enfrentamiento entre partidarios de diferentes santos San Saturnino, San Francisco Javier y San Fermín.