El comité de empresa de La Naval ha iniciado hoy una serie de movilizaciones para exigir a los accionistas de la empresa que se impliquen para dotar de carga de trabajo a la planta de Sestao, ya que si no llegan nuevos proyectos, en marzo se quedaría sin actividad.
Alrededor de un centenar de trabajadores de la planta de Sestao se ha concentrado esta mañana ante la sede del Gobierno Vasco en Bilbao, tras una pancarta en la que han reclamado una solución para la empresa y han pedido a las instituciones vascas que se impliquen para tratar de conseguir carga de trabajo y salvar así el astillero.
Según ha dicho a los medios el presidente del comité de empresa, José Pedro González, los trabajadores han salido a la calle para denunciar “la tardanza” del Gobierno español en la resolución del anterior “tax lease”, suprimido por la Comisión Europea el pasado mes de julio, situación que resta credibilidad ante posibles inversores y dificulta la contratación de trabajo a los astilleros.
“Los trabajadores de la Naval de Sestao no entendemos que mientras otros astilleros están hartos” de recibir contratos de trabajo, “nosotros no seamos capaces de contratar nada”, ha lamentado después de que los encargos anunciados por otras empresas en las últimas semanas.
González ha denunciado, en concreto, que uno de los accionistas de La Naval, Astilleros Murueta, tenga “sus instalaciones llenas de carga de trabajo”, mientras la planta de Sestao vea peligrar su futuro.
“Los trabajadores de La Naval son los paganos de una situación que no han generado” y “con ocho expedientes de regulación de empleo a sus espaldas”, reclaman ahora una solución a “la situación muy crítica” que afronta la planta de Sestao, ha advertido.
El marzo, entregarán el último barco que tenían pendiente y “si no lo remedia nadie”, el astillero quedará vacío de carga de trabajo, ha avisado.
Fuentes de la empresa han concretado que el buque en el que trabaja La Naval en estos momentos entrará en dique seco el 30 de enero para labores de puesta a punto, hasta que el 12 de febrero pase al muelle, donde estará tres días más, antes de hacer pruebas en el mar durante una semana.
El barco regresará al astillero el 23 de febrero para su limpieza final antes de entregarlo al armador a mediados del mes de marzo.
La Naval acabaría así su último encargo y, ante esta situación González ha opinado que ya no es momento de escoger entre un proyecto u otro y así, La Naval debería aceptar cualquier contrato “y disparar a todo lo que se mueva”.
“Porque somos capaces de hacer cualquier tipo de barco”, ha asegurado.
El comité celebrará el viernes una asamblea general informativa en el astillero de Sestao, que coincidirá con el consejo de accionistas, “para exigirles responsabilidad y que se pongan al frente de esta situación y que doten a La Naval de nuevos proyectos” que garanticen su viabilidad.
La próxima semana, el 4 de febrero, el comité de empresa ofrecerá una rueda de prensa en el astillero, junto a los cuatro alcaldes de los municipios de la Margen Izquierda.
La planta de Sestao tiene en la actualidad 236 trabajadores y han anunciado que convocarán nuevas movilizaciones hasta encontrar una solución que garantice su futuro.