Vascos en el mundo

EEUU 1, Euskadi 0 en el descanso

Le comentaba el otro día a una amiga mía judío-estadounidense que me alegraba muchísimo el hecho de que ningún vasco-estadounidense (estadounidenses de origen vasco) se hubieran molestado por mis opiniones vertidas en este blog. No creo en los maniqueísmos y trato de huir de ellos cuando escribo, cuando redacto mis crónicas o cuando participo en las tertulias con mis compañeros corresponsales de Radio Euskadi en el extranjero. Me parece un recurso fácil.

  

Me parece demasiado infantil llamar a Bush el "carnicero" de la Casa Blanca, como he escuchado en alguna ocasión a algún corresponsal, pues considero que no es esa mi labor, ni siquiera aunque así lo creyera, como no lo es tampoco dividir este país entre buenos y malos guiado por mi propia visión de las cosas, por mi ideología o mis experiencias personales. En la radio suelo decir con cierto orgullo, que en Euskadi me acusan de pro-americano y en Estados Unidos de antiamericano lo que, en mi opinión, significa que voy por buen camino.

Pero a lo que iba. En varios de mis artículos aquí publicados he criticado ciertas actitudes de la Administración Bush o de este país, y sin embargo ningún vasco-estadounidense lo ha entendido ni se lo ha tomado como un ataque hacia su país, que también es en gran medida el mío, y eso me alegra. Me decía mi amiga estadounidense que eso se debe a la larga tradición democrática de Estados Unidos, al orgullo que sienten por la Primera Enmienda de la Constitución -la que defiende el derecho a la libertad de expresión y de prensa-.

Ningún lector me ha dicho nada del estilo: “si no te gusta este país, coge tus cosas y lárgate”. Es cierto que tras los ataques del 11-S también Nueva York se vio invadida por una hasta entonces desconocida desconfianza hacia los extranjeros o hacia todo aquél que hablara en inglés con acento extranjero, como es mi caso.

La semana siguiente al 11 de septiembre una compañera de trabajo de origen iraní intentaba, como tantos otros millones de estadounidenses encontrar una explicación a los ataques. Recuerdo que alguna revista tituló en portada: ¿Por qué?. Ingenuamente contesté que, lógicamente sin ánimo de justificar nada, tan solo intentando buscar una explicación, podían haberse debido a la política exterior estadounidense. Su repuesta fue inmediata y furibunda: “tú cállate que eres extranjero”.

Cierto es que desde entonces y durante varios años he guardado para mi mismo mis opiniones y no sin cierto miedo, comencé a dar algunas en este blog. ¿No es de hecho un blog una especie de diario donde las opiniones personales tienen perfecta cabida? Mis miedos iniciales a que mis opiniones fueran tomadas como ataques al país en el que resido, se disiparon rápidamente.

Con respeto y desde una profunda admiración a este país en muchos aspectos, que no en todos, escribo mis artículos y observo que son recibidos de muy distinta manera desde uno y otro lado del océano (a los comentarios me remito). Es fácil saber desde qué lado llegan aunque no siempre lo especifiquen.

Cuando en el posting titulado “Terrorista a la vista o metedura de pata” conté mi difícil experiencia con los agentes de inmigración estadounidenses en el aeropuerto de Montreal de regreso ya a Nueva York, un lector de California me contestó de forma absolutamente respetuosa algo así como “bueno, ¿y qué?”. Unos días después, en otro comentario, el mismo lector envió un link a un artículo del ‘San Francisco Chronicle’ en el que explicaban porqué el año 2005 llegó a Estados Unidos el mismo número de visitantes internacionales que hace 15 años, lógicamente una mala noticia para la industria turística del país. Entre otras muchas, una de las razones ofrecidas era el tratamiento que los agentes de inmigración dan a los turistas cuando éstos llegan a Estados Unidos, lo que les quita las ganas de volver. (Hablaré en detalle de este artículo y otros similares aparecidos en medios europeos en un próximo posting).

Tras este análisis tan personal no puedo dejar de preguntarme: ¿aceptaríamos los vascos nacidos en Euskadi las críticas de un extranjero que viva en nuestro país o nos las tomaríamos como una cuestión de estado y le perseguiríamos a pedradas hasta ponerlo en la frontera con Burgos?