Vascos en el mundo

¿Se acaba la vida a los 40?

Llevo varios años oyendo hablar del último libro de Fernando Luis Chivite. Fernando es amigo de varios amigos míos –creo que él y yo no nos conocemos personalmente, aunque puedo estar equivocado- y me contaban que estaba escribiendo una novela en la que varios de los personajes están basados en personas reales -mis amigos y conocidos-. El sábado, por fin, recibí un ejemplar de la novela titulada “Insomnio”, que fue ganadora del Premio Café Gijón de Novela 2006. Me la envió mi amigo Nando. El personaje de la novela llamado Ladis García está basado en él y creo que tenía interés en que la leyese.

  

De entrada diré que Fernando Chivite la dedicó “Para nuestro hombre en Nueva York”, lo cual me gustó, así que empezamos bien. La he leído durante el fin de semana, la mayor parte durante el sábado que llovió sin parar. Pero no la leí porque lloviera sino porque me gustó y no podía dejarla. En mi opinión, la segunda parte es mucho mejor que la primera, más entretenida. El libro tiene lugar en varias ciudades pero los personajes son casi todos de Pamplona-Iruña y, como he dicho al principio, reconozco a varios de mis amigos y conocidos, sus historias, sus vivencias, sus locuras, que también han sido las mías.

En Diario de Noticias, Chivite cuenta que “ésta es "una novela sobre la realidad", donde "no hay elfos, ni enigmas cátaros ni crímenes truculentos cometidos en un sótano". “En estas páginas”, dice Chivite, “hay gente corriente, personas normales”, que, si bien son ficticias, “la intención del narrador es tratar de que se parezcan a las personas reales, que nos resulten lo suficientemente próximas como para propiciar la identificación”. “El narrador”, dice el periódico pamplonés, “va desgranando las experiencias de más de veinte personajes que traspasan la frontera de los cuarenta con la sensación de que la vida no les ha dado lo que esperaban”. “Pero la cuarentena, no supone el final de nada, sino “el comienzo de una nueva vida que no tiene por qué ser peor que la primera. Cuando llegas a esta edad, tienes que aceptar que, a pesar de todo, vives en este mundo, y que ya resulta un poco patético seguir yendo de ingenuo con ciertos temas”. Y no es que uno ‘claudique”, o abandone aquello en lo que creía, sino que “tiene que asumir la realidad para tratar de ser un poco feliz”.

Reconozco que conforme iba reconociendo a los verdaderos personajes en los que se basa Chivite me he reído a carcajadas. Nando, uno de mis mejores amigos, sale bien parado; creo que él, al principio, tenía  miedo de no hacerlo… En la página 149 Ladis (Nando) dice: “los imbéciles son los que se dejan engañar, los inteligentes los que se engañan a sí mismos”, una frase que bien podría haber salido de sus labios.

Al final del libro, me ha dado la sensación de que Chivite ha creído que tenía que terminarlo y lo ha hecho, por lo que espero con ganas su próxima novela que, según el periódico pamplonés, “repite tono, intención y narrador”.

He pasado un buen fin de semana reconociendo a algunos de los personajes en los que se basa la novela y me preguntaba si el libro puede resultar de interés para quienes no conocen a los Nandos, Begoñas o Ricos, de cuyas experiencias y vivencias he sido partícipe durante años, y creo que la respuesta es que sí. No en vano, Fernando Chivite obtuvo el prestigioso Premio Café Gijón el año pasado.

Me contaba Nando el sábado por la mañana que,  al haber sido publicado por una editorial importante, Acantilado, el libro se distribuye en todo el estado (sí en ese) y en Latinoamérica , por lo que muchos lectores que no conocían a Chivite (La tapia amarilla, La fuga de todo y El viaje oculto, y los libros de poesía El abismo en la pared y Calles poco transitadas) tendrán ocasión de disfrutar de sus obras.