Vascos en el mundo

El sosiego se llama Coroico

 

El sosiego se llama coroico

 Queridos todos!

El viernes llegó con tantas ansias, que estuve nerviosa como un flan durante toda la mañana. El motivo no era otro que la escapada que había planeado con otras 5 colegas de trabajo (Guirles, Marita, Lili-Concha Loca, Monique, Eider y yo) para visitar Coroico, un pueblito en la zona de Los Yungas, que forma parte de la selva boliviana.

 

Y desde luego, motivos no me faltaban, porque la zona, ubicada bastante cerca de La Paz, es cuanto menos espectacular. En tan sólo dos horas y media de minibús pasas de 4000 a 1000 y pico metros de altura, con todo lo que ello conlleva. Me explico. El frío y el viento paceños dan paso a temperaturas suaves y calmadas. La vegetación rácana, árida y hostil de La Paz se convierte en un sinfín de flores, árboles y plantas para todos los gustos y colores.

Las carreteras que llegan a Coroico son meros caminos de tierra. El paisaje es tan exuberante que abruma. La vegetación compite en belleza. Las flores perfuman, el aroma a tierra mojada lo inunda todo. El silencio de Coroico atrapa. De cuando en cuando, el sosiego de sus gentes se ve interrumpido por los varios mochilitos y mochilitas progres que pasean sus calles. Coroico mola.

Y allí estábamos nosotras, sumergidas en nuestra fiesta de pijamas. Hubo tiempo para reir como locas, para contarnos secretos, para los bailes sin ritmo, para el alcohol a deshora, para caminar entre árgumas, para un merecido descanso, para observar aquellos parajes de gloria…

Lo pasé francamente bien,
Buen día y mucha suerte a todos!