Un vitoriano agrede a otro por defender a inmigrantes en una cola
Un vitoriano agredió a otro por defender a los inmigrantes que esperaban en una cola de una oficina de atención ciudadana, hecho que los grupos de la oposición del Ayuntamiento de la capital alavesa han relacionado directamente con el mensaje “xenófobo y racista” del alcalde, Javier Maroto (PP).
Éste, por su parte, ha condenado el acto de violencia pero ha calificado de “demagógicas e irresponsables” las declaraciones de los grupos de la oposición -PNV, PSE-EE y EH Bildu-.
El portavoz municipal del PNV en Vitoria, Gorka Urtaran, ha desvelado hoy en una rueda de prensa que ayer por la mañana se produjo una pelea entre dos ciudadanos que esperaban en una cola de la oficina de atención al público del centro cívico El Pilar.
Según ha narrado Urtaran, un señor mayor comenzó a proferir frases en contra de los inmigrantes extranjeros que estaban en esa fila, con comentarios como “si ellos no estuvieran, la cola sería más corta” y “mejor que se fueran a su país”.
Otro vitoriano joven le afeó la conducta y el señor de más edad le respondió a golpes, por lo que el joven resultó con alguna lesión y tuvo que ser trasladado en una ambulancia al Hospital de Txagorritxu.
El Departamento vasco de Seguridad ha confirmado por su parte que se produjo una pelea, que los agentes que acudieron al lugar identificaron a las dos personas implicadas y que uno de ellos fue trasladado al hospital con lesiones al parecer de carácter leve, aunque no se detuvo a ninguno de ellos y no se presentó denuncia.
Según el parte de la denuncia, al que ha tenido acceso Efe, el agredido manifestó haber recibido dos golpes, en la cabeza y en la espalda, mientras que el agresor aseguró que sólo le sujetó del pecho.
Todos los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria han relacionado lo ocurrido con el discurso del alcalde, que promueve desde hace meses un cambio en la legislación que regula las ayudas sociales, ya que sostiene que muchos inmigrantes magrebíes que residen en la ciudad viven de esas prestaciones y no quieren trabajar.
El portavoz del PNV ha considerado “muy grave y preocupante” este hecho, ya que le consta que hasta ahora se habían producido enfrentamientos verbales por esta polémica sobre el fraude en las ayudas sociales, pero que se haya pasado a una “agresión física por motivos racistas” es, a su juicio, señal de que se ha traspasado “una línea roja”.
Urtaran ha pedido a Maroto que “deje de azuzar a la ciudadanía” y que rectifique porque con su actitud “está generando una cruzada de vitorianos contra vitorianos”.
También el portavoz socialista de Vitoria y exalcalde, Patxi Lazcoz, ha considerado que en este caso “hay una gravísima responsabilidad política por parte del primer edil”, que está “provocando un incendio social” basándose en la “manipulación de datos” sobre las ayudas sociales.
“Hay que hacer pedagogía de la verdad”, ha dicho Lazcoz, quien ha considerado que Maroto tiene que pedir disculpas.
El portavoz de EH Bildu, Kike Fernández de Pinedo, ha coincidido en señalar que el alcalde “ha encendido premeditadamente la llama de la xenofobia y el racismo”.
Maroto sin embargo ha calificado de “demagógicas e irresponsables” las declaraciones de los portavoces de la oposición al acusarle de crear un clima de alteración social que fomenta la xenofobia ante el altercado ocurrido ayer y cuyas circunstancias, ha destacado, “están aún pendientes de confirmar por fuentes oficiales”.
“¿Quién está crispando a la sociedad: el que pide que se mejore el sistema o el que, reconociendo que el sistema falla, se niega sistemáticamente a cambiarlo?”, se ha preguntado el alcalde, quien ha pedido responsabilidad a la oposición.
También el diputado general de Álava, Javier de Andrés, ha expresado en su cuenta de Twitter su “más profundo rechazo” a lo ocurrido y ha añadido: “No al racismo y no a la violencia”.
Fuentes municipales han desvelado por su parte que el ciudadano vitoriano que sufrió la agresión tiene un largo historial de problemas en los centros cívicos por protagonizar altercados, alzar la voz y proferir insultos y amenazas.
De hecho fue condenado por sentencia judicial al pago de 1.500 euros y a no poder acudir durante varios periodos a los centros cívicos e instalaciones deportivas de la ciudad por su comportamiento.