Una de las grandes batallas que tenemos los entrenadores es la de lidiar a veces con los padres y madres. Si bien es cierto que muchas veces tenemos la suerte que ayudan con su actitud y predisposición, cada uno es padre y madre de su hijo o hija.. y por ellos ‘matan’.
Hay muchos que dejan en los entrenadores todas las decisiones, confÃan en ellos, en su criterio para hacer las cosas, y a veces es una forma de actuar sabia, ¿por qué? Porque a los padres se les escapan muchas cosas, muchos detalles, hay a quienes el hijo les dice que va a entrenar y lleva ¡2 años! sin aparecer, eso pasa, poco, pero pasa. O el que que moja el bañador, lo mete en la mochila y dice que ha entrenado (Por suerte esto no nos pasa, están enfermos por entrenar jeje).
Cuando hablo de detalles me refiero a que solo los entrenadores saben lo que pasa en el dÃa a dÃa, saben quien viene a entrenar, quien se lo toma en serio, quien quiere aprender, quien quiere jugar en un equipo, ser parte de una familia… y quien no. Saben quien entorpece el entreno, quien va obligado, quien solo quiere jugar a no entrenar y a molestar al de al lado…
Hay algunos niños que entrenan toda la semana, otros un dÃa o dos, además, coincide  que estos últimos son los más revoltosos o a quienes menos les importa el entrenamiento. Y curiosamente, a la hora de dar una convocatoria y cuando un niño no aparece en una lista, cuando no está incluido en un viaje es cuando… ahÃ, de la nada.. aparece la figura paterna o materna, te asaltan en el pasillo, en la cafeterÃa, o mejor en algún lugar poco transitado… ¿Y mi hijo? Si entrena mucho, se porta bien y es muy bueno, que yo lo se.. Por qué no va con el resto…
Te paras. Coges aire, y esperas. Porque estás hablando de niños. Y todavÃa tienen que aprender mucho, y hay que saber llevarles, educarles e intentar que sean uno más y disfruten del waterpolo.Â
Pero cuando aparece el padre o la madre (suelen ser peores, lo siento, es asÃ), y justifica todo lo que hace su hijo sin saber absolutamente lo que hace cuando va a entrenar….
Ufff, me paro. Respiro. Cuento hasta diez.
Hay que mentalizarse, lo que importa es el niño, todavÃa es pequeño… y puede cambiar. El padre o la madre no.
¿Qué le respondes a ese padre o madre? A veces es casi peor explicar las razones. Pero las tienes que dar, las tienen que oÃr. A veces las entienden, otras no.
Una vez hecho esto, el objetivo es seguir intentando llevar por el buen camino a ese niño… para que sea uno más y se gane como el resto el premio de jugar, nunca es bueno regalar algo sin merecerlo.
Nuestra labor es más educativa de lo que creemos y cada dÃa también aprendemos un poco más de lo que es la psicologÃa en el deporte.
La experiencia es un grado, eso dicen, y asà es. Si es que antes no consiguen hacer que explotes y abandonarlo todo te haces más fuerte, inmune a muchas cosas e incluso más frÃo. Tampoco eso es bueno, pero cada uno es como es…
Aunque algo tiene que quedar claro, los entrenadores por nuestros pequeños… también ‘matamos’ y tenemos que saber qué hacer cuando hay tormenta… aunque la mayorÃa de las veces luzca el sol.. incluso dentro de la piscina…