El lugar elegido para este gran templo demuestra que el rey propuso, en principio, una convivencia pacifica entre Atón y Amón. Llegó a levantar ocho edificios separados de grandes proporciones en el corto espacio de menos de cinco años. Cuando subió al trono el faraón Horemheb y se desencadenó el Damnatio Memoriae contra Amenofis IV, el Gran Templo de Atón en Karnak fue desmantelado y sus paredes llenas de relieves sirvieron de relleno para los pilonos II, III, IX, X y hasta para los cimientos de la gran sala hipóstila del templo de Amón.
Entre todos estos relieves sorprende el número de veces que Nefertiti está representada, ocupando un lugar mas predominante que el propio faraón, prueba eminente de su importancia desde los primeros años del reinado y de la participación activa de la reina en la implantación de las reformas religiosas de su esposo. En un recuento de los restos del templo hallados hasta 1976, Nefertiti aparece en 564 relieves, mientras que el faraón lo hace sólo en 329.
Pero la mayor singularidad es que se han encontrado unos talatats, que hablan de un edificio llamado la capilla del Benben. El benben era una piedra con forma entre pirámide y obelisco relacionada con el culto solar. Tiene como peculiaridad que sólo Nefertiti ejerce de oficiante, casi siempre seguida de una hija y a veces de dos, pero lo intrigante es que el rey no aparece en ningún momento… ( Continuará )