La muestra se compone de nueve obras realizadas por pintores del siglo XIV al XVIII, pertenecientes a las escuelas flamenca, holandesa, alemana e italiana, como Alberto Durero, Duccio di Buoninsegna o Giovanni Paolo Panini, entre otros.
Todo ello preparado con motivo de la visita del papa Benedicto XVI a propósito de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Bien, hasta aquí todo normal, pero si uno piensa y piensa algo empieza a oler raro.
Un olor pestilente se me antoja cuando veo a Rouco y sobre todo a la Baronesa frente a la prensa haciendo alarde del gran valor artístico de la muestra, y donde encima las y los peregrinos no pagarán la entrada al museo. En fin, hordas de personas para acercarse al museo a conocer le exposición que la grandísima Baronesa y su fundación han organizado. Pero, se hubiesen acercado todos esos cientos de peregrinos a conocer el museo si el papa no hubiese venido a Madrid? Ah por cierto, que TONTO soy, que a la salida de la exposición nos encontramos con la tienda del museo llena de souvenirs y merchandising de la pinacoteca.
Una vez más la sombra persigue a la Baronesa Thyssen; quizá esté equivocado pero el tufillo del negocio podría estar instalado en la vida de Carmen Cervera, Tita para los amigos.
Yo pienso luego existo, y yo no afirmo sino reflexiono.
Iker Landeta