Las mujeres más atractivas (menor ratio cintura-cadera) tienen hijos con mayores capacidades cognitivas. Ese es uno de los resultados más espectaculares del estudio que estoy resumiendo en la entrada anterior y en esta. Habrá quien piense que en ese resultado pueden estar incidiendo otros factores que covarían y que quizás no se ha ponderado el efecto de factores sociales o ambientales. Pero no es así. El estudio es metodológicamente riguroso y ofrece garantías a ese respecto.

La cuestión no es si las madres más atractivas tienen hijos intelectualmente más capaces o no. De eso no hay duda. La cuestión es otra, porque resulta que las madres con menor RCC (ratio cintura-cadera) también tienen mayores capacidades cognitivas que las que lo tienen mayor. Por ello, podría pensarse que el efecto positivo que una baja RCC (más cadera y menos cintura) ejerce sobre los hijos es debido a que heredan la capacidad cognitiva de las madres. Y algo de eso hay, pero seguramente el factor hereditario no lo explica todo. Esto es, las madres más atractivas no solo proporcionan a sus hijos “mejores genes” desde el punto de vista intelectual, también les surten de más recursos neurocognitivos para su desarrollo intelectual. Así pues, esa progenie gana por partida doble: mejores genes y más ácidos grasos poliinsaturados para el cerebro.

¿Y a qué se debe que las mujeres con baja RCC sean a su vez más capaces intelectualmente? Pues, seguramente, a la misma razón. Las mujeres con grasa gluteofemoral abundante no han visto reducido su desarrollo cerebral por carecer de suficiente aporte de grasas poliinsaturadas. En definitiva, este estudio y algún otro que ya he comentado, indican con claridad que existe un nexo funcional entre dos rasgos aparentemente desconectados: el gran tamaño del cerebro humano y el dimorfismo sexual relativo a la distribución de la grasa corporal. Este asunto tiene, además, importantes implicaciones de tipo dietético. Chicos y (¡sobre todo!) chicas: comed ácidos grasos poliinsaturados; comed pescado azul. Vuestro cerebro os lo agradecerá y, en el caso de las chicas, también el cerebro de vuestra progenie.

[Aquí debo incluir una nota final para, humildemente, dar la razón a Eva, al respecto de un comentario que hizo a la entrada dedicada al atractivo masculino, y con el que yo no estaba de acuerdo; creo que tenía razón, porque las mujeres más tractivas sí son más inteligentes. Otra cosa es la vía, rasgo o mecanismo por la que los hombres diagnosticamos el atractivo femenino y la vía, rasgo o mecanismo por el que lo hacen las mujeres con el masculino; en esas cuestiones dudo que estemos de acuerdo, pero ya llegará el momento de hablar de ello.]

Juan Ignacio Pérez Iglesias

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