Periodistas y escritores vascos y foráneos, entre ellos Martxelo Otamendi, Gorka Landaburu, Fito Rodríguez o Petra Elser, participarán el próximo jueves en San Sebastián en el Día del Escritor Preso que organiza el club internacional PEN, con la lectura de textos de reclusos desde una celda simulada.
La iniciativa, que forma parte de las actividades organizadas en distintos países por la citada sociedad mundial que dispone de 38 centros en 98 países, ha sido presentada hoy por el representante de Euskal PEN Klub Urtzi Urrutikoetxea, y el de la sociedad Ataramiñe, dedicada a difundir escritos de presos de ETA, Oier González, junto al alcalde donostiarra Juan Karlos Izagirre.
La lectura de textos, de autores que hayan sido encarcelados en cualquier lugar del mundo, desde el interior de una celda simulada se realizará entre las 18:00 y las 19:00 horas en el Boulevard de la capital guipuzcoana.
Entre la veintena de periodistas o escritores que intervendrán, estarán, además Otamendi, Landaburu y Rodríguez, la expresa de ETA alemana Petra Elser y la directora del diario Noticias de Gipuzkoa, Arantza Zugasti, entre otros.
Tras este acto simbólico, la cripta de la biblioteca municipal de la Parte Vieja acogerá a partir de las 19:30 horas una mesa redonda en la que debatirán sobre la libertad de expresión la parlamentaria electa de EH Bildu Laura Mintegi, el escritor Fermín Munarriz, autor de la recién publicada entrevista “El tiempo de las luces” al exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi, y el traductor y expreso de ETA Mitxel Sarasketa.
El alcalde de Bildu ha asegurado que con esta iniciativa San Sebastián se suma por primera vez a los actos internacionales del PEN Club con actividades que pondrán de manifiesto que “las letras vuelan y no pueden ser encarceladas”.
Izagirre ha denunciado que todavía haya “periodistas en prisión por ejercer el periodismo” y ha citado los casos de Teresa Toda y Xabier Salutregi, directivos de Egin condenados por su relación con ETA.
Tras reivindicar la inmediata excarcelación de todos los recluidos por el caso Egin, el alcalde ha defendido “la libre circulación de ideas” y subrayado el papel de los informadores que se convierten en “voces incómodas que los estados y gobiernos tratan de silenciar” cuando “pretenden imponer el pensamiento único”.