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Mikel Laboa siempre en la memoria de los donostiarras

    Categories: Cultura

Han pasado cinco años desde que se apagó la voz de Mikel Laboa, una de las figuras más emblemáticas de la cultura vasca. Nacido en la Parte Vieja de Donostia, hoy hemos querido rendirle un pequeño homenaje a este icono de nuestra cultura, y es que, el fallecimiento, hace cinco años, de Mikel Laboa ha supuesto una gran pérdida para todos los donostiarras, y también, para los euskaltzales en general. Eso sí, sus canciones siguen estando en nuestra banda sonora diaria, ya que, hoy es habitual escuchar temas como “Txoria Txori” o “Gure bazterrak” en cualquier casa o bar de Euskal Herria.

Mikel Laboa. Foto: eitbcom

Mikel Laboa nació en Donostia el 15 de junio de 1934 y falleció, también en la capital de Gipuzkoa, el 1 de diciembre de 2008. Fue hijo de un concejal nacionalista del Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, por lo que, su familia se vio obligada a huir de Gipuzkoa al avanzar las tropas franquistas en 1936. Así, se refugiaron durante nueve meses en un caserío de Lekeitio. De vuelta, en 1937, acudió al colegio de los marianistas. Comenzó a estudiar medicina, y es que, muchos no lo saben pero Mikel compaginó su vida musical con su vida como médico, desarrollada fundamentalmente en la unidad de Neuropsiquiatría infantil del Patronato San Miguel de San Sebastián, en la que trabajó casi 20 años.

Primeros pasos hacia la música

En 1963 Laboa cantó por primera vez en euskera ante el gran público en el teatro Argensola de Zaragoza, con reportorio integrado por canciones tradicionales y del célebre Iparraguirre. Su estancia en Cataluña le hizo descubrir el fenómeno de la nueva canción catalana y el movimiento de los “Setge Judges”, y una vez establecido en Donostia, fundó, junto con otros artistas vascos, el grupo cultural Ez Dok Amairu, grupo que hizo especial hincapié en la recuperación del euskera. Dentro de ese grupo y en el plano musical Mikel Laboa emergió, junto con Benito Lertxundi, como máximo exponente de la denominada “nueva canción vasca”.

Los años 60 y 70

La tradición, la poesía y el experimentalismo fueron claves en la música de Mikel Laboa, eso sí, dotado de un fuerte toque personal y una voz muy particular. Su obra combinaba viejas canciones populares reinterpretadas con un estilo más moderno. Cabe señalar sus “Lekeitiokoak”, canciones experimentales a base de gritos y sonidos onomatopéyicos.

En 1972, al deshacerse “Ez dok amairu”, laboa continuó cantando acompañado del guitarrista José Maria Zabala. En 1974 publicó el doble álbum “Bat-Hiru”, un disco que se convirtió en un hito de la música vasca, ya que, en el se encuentran canciones emblemáticas como “Baga, Biga, Higa”, “Haika Mutil”, “Txoriak Txori” y “Gernika”. Un años después sale a la luz “Ikimilikilikik”, un gran espectáculo que llegó hasta Madrid o Venecia.

En busca de nuevos estilos

En 1978 se retiró de los escenarios a estudiar y madurar nuevas creaciones hasta su reaparición, en Iparralde (1984). Su nueva fase de actividad culminó en varios festivales entre los cuales destaca el de octubre de 1984 en el que cantó, junto con Luis Llach, en el polideportivo de Anoeta en Donostia. Incluyó nuevos acentos y tonalidades de distintas lenguas a sus temas, manifestando la riqueza musical del lenguaje cotidiano.

A partir de 1985 comenzó a colaborar con el pianista Iñaki Salvador con quien se acercó al mundo del jazz, acompañados en numerosas ocasiones por el saxofonista Josetxo Silguero.

Últimos años del cantante

Debido a sus problemas de salud, tanto las grabaciones como los conciertos fueron disminuyendo, poco a poco. Entre éstos cabe destacar el concierto de agosto de 1999 en el Victoria Eugenia Antzokia de Donostia junto con Donostiako Orfeoia y Euskal Herriko Gazte Orkestra.
Su último gran concierto ofreció en el 2006 junto con Bob Dylan en la Playa de la Zurriola de Donostia. Recordamos, pues, cómo fue esa última aparición en el escenario de Laboa.


Laboa, beti donostiarron bihotzean. Goian Bego.

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