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La Pantxineta Otaegui, única en el mundo entero

San Sebastián tiene las mejores vistas del mundo; Ir de pintxos por Donostia es un lujo, claro está. Los helados de Donostia son tan conocidos que nadie puede visitar la ciudad sin probar uno. Y cómo no, las pantxinetas de Casa Otaegui, son únicos en el mundo. ¡Qué ricas las pantxinetas! 🙂 Y es que, por muchas versiones que haya (la pantxinera ha traspasado fronteras guipuzcoanas), la auténtica e inimitable pantxineta es de Otaegui! Hoy en el blog de Donostia conocemos un poco más la historia de este dulce tan querido por todos. ¡Para los donostiarras golosones! 🙂

Foto: www.pasteleriaotaegui.com

Si no conoces la pantxineta Otaegui, no eres un auténtico donostiarra. Si paseas por la calle Narrica y no te paras en frente del escaparate de la Pastelería Otaegui, eso significa que tienes problemas de vista y de olfato.

La Pantxineta Otaegui es una tarta típica de hojaldre, rellena de crema y cubierta por una crujiente capa de almendras picadas que se toma ligeramente templada. Eso son los ingredientes de este postre señero de abuelitas. Destaca, por tando, la calidad superior y la sencillez.

¿Conoces el origen de la Pantxineta Otaegui?

La pastelería Otaegui abrió sus puertas por primera vez en 1886. Pronto fue adaptándose a los gustos de la clientela de la época, la nobleza y la burguesía atraída en verano a la Bella Donostia, imitando los gustos de la reina María Cristina, quien había decidido trasladar a su corte al lugar en la época estival.

Y es que… ¿Sabíais que el éxito de la pastelería Otaegui, se debe, en buena parte, al hecho de que la reina fuera más que golosa? Sí sí, Maria Cristina había nacido en Austria y conocía muy bien las delicias de la pastelería vienesa.

 

Foto: www.pasteleriaotaegui.com

Fue fundada por Pedro Otaegui y Emilia Malcorra, y desde entonces, en la pastelería Otaegui se han dedicado a ofrecer sus excelentes productos dulces, convertiéndolo en un magnífico lugar de encuentro de donostiarras y visitantes.

¿Cuál es el secreto? Mantener el espíritu que sus fundadores tuvieron en sus inicios.

Lo cierto es que las pantxinetas están de vicio. Os aseguramos que, con esta explosión de aromas y sabores que se mezclan, siempre querrás desayunar y merendar pantxinetas de Otaegui el resto de tus días.

¡Si no las has probado, tú te lo pierdes!

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