Quisquillas y carraquelas del muelle donostiarra, inconfundibles

En Donosti somos mucho de clásicos ;). Y algunas costumbres que sobre todo en verano nunca pueden faltar. Por ejemplo, no hay paseo por la cuidad sin el acompañamiento de un helado e incluso un bocata del Juantxo ;).
Una ruta de pinchos tampoco puede faltar o un precioso paseo en bicicleta por el paseo nuevo. Pasar una tarde en el Monte Igeldo o sentarse sin más en el Náutico a observar el atardecer.
La lista de planes es espectacular. Pero ¿qué nos decÃs de los puestos de quisquillas y carraquelas del muelle donostiarra? Es imposible pasar por allà sin percibir el aroma a mar y marisco que desprendenden estos deliciosos manjares. Envasadas en sus mÃticos cucuruchos de papel, pocos son los que se resisten a degustarlas.
A pesar de que con el tiempo, los puestos han ido aminorando, es una tradición genuina que perdura y resiste con el paso de los años. En definitiva, un clásico donostiarra donde los haya.
yo ya no vivo en donost pero me escapo cuando puedo para ver el mar ,pasear por el puerto comprar quisquillas con sabor a mar,pasear por paeo nuevo,o lo viejo.donostia siempre se lleva dentro.
donostia es grande
Viajo desde San Diego (Ca) el 1 de Noviembre. Llevo unos 13 años sin ir y no me voy a perder las carraquelas, los pinchos, el jamòn , los mejillones del Negresco, el jogging por la Conchs