El Ayuntamiento de San Sebastián analizará mañana en una reunión con técnicos municipales cuál es la intervención “más lógica y proporcionada” para el puente de Astiñene, actualmente cerrado al paso de vehículos y peatones por motivos de seguridad y que será sustituido por uno nuevo.
El alcalde de la capital donostiarra, Eneko Goia, ha explicado en la rueda de prensa posterior a la junta de gobierno local que mañana mantendrá ese encuentro con los técnicos para estudiar la actuación sobre esa infraestructura que une los barrios de Loiola y Egia, cuyo cierre se decidió el pasado 22 de agosto tras detectarse que uno de los pilares amenaza con derrumbarse sobre el cauce del río Urumea.
“Hay que valorar bien cuál es el coste de la intervención ya que el puente está llamado a desaparecer”, ha indicado Goia.
En este sentido ha señalado que la construcción del nuevo puente, cuya autorización por parte de la Dirección General de Costas ya se ha producido, podría finalizar dentro de “dos años y medio”.
El primer edil ha explicado que las reparaciones que permitirían la reapertura del puente viejo al tráfico de vehículos superaría los 600.000 euros mientras una adaptación para que puedan circular peatones y ciclistas es “más sencilla” y “alcanzaría los 100.000 euros” con un plazo de ejecución de “alrededor de medio año”.
Goia ha recalcado que “teniendo en cuenta que se va a construir uno nuevo” el gasto que pueda acometerse en el antiguo “hay que valorarlo muy bien” porque el equipo de gobierno municipal tiene la responsabilidad de “gestionar bien recursos públicos”.
Preguntado por algunas quejas de los vecinos de la zona, Goia ha subrayado que el puente presenta “graves deficiencias y problemas de seguridad” por lo que es “obligación” del Ayuntamiento intervenir.
Si hubiera sucedido una problema de estas características “en cualquiera de los puentes de la ciudad la decisión hubiera sido la misma”, ha concluido Goia.