Esta es una película muy arriesgada. Pretende reflejar distintos momentos de la vida de BOB DYLAN a través de distintos intérpretes buscando siempre la diferencia para que el experimento resulte mas evidente.
Así, su infancia es retratada a través de un niño negro que dice ser WOODY GUTHRIE, lleva una guitarra con la leyenda ESTA MÁQUINA MATA FASCISTAS y demuestra su pedantería precoz mientras descubre que debe cantar sobre los problemas de su tiempo y no sobre viajes y canciones.
Mas tarde es un atormentado cantante el que ilustra su etapa de conversión al cristianismo. Una mujer interpreta la evolución del canon acústico a la revolución eléctrica y un actor representa su tormentosa relación con las mujeres, al mismo tiempo que, en apariciones episódicas, otros personajes históricos disfrazados van dejando testimonio de sus opiniones sobre el cantante.
No toda la película está bien medida, la parte interpretada por CATE BLANCHETT es demasiado larga y reiterativa, el segmento en el que RICHARD GERE hace de BILLY EL NIÑO es innecesario y las apariciones de HEATH LEDGER se estancan en un callejón sin salida. Pero la película brilla por momentos. Y la banda sonora es excelente, entre otras cosas porque hay versiones muy curiosas de canciones no muy conocidas. Y está rodada con dedicación y talento. Y repleta de referencias que los buenos aficionados descubrirán con entusiasmo.
Pero no es una película para quien ignore quien es BOB DYLAN porque, a pesar de los experimentos, todo en esta película gira en torno a este legendario músico.