PAUL GREENGRASS es un cineasta muy interesante. Al mismo tiempo que logra el éxito comercial con las dos últimas entregas de la serie BOURNE, tiene en su historial films como BLOODY SUNDAY y UNITED 93 que son una buena muestra de sabiduría narrativa, equilibrio político y eficacia realizadora.
Así que, de entrada, GREEN ZONE tiene todas las papeletas para ser una película interesante porque aborda la búsqueda de las armas de destrucción masiva en IRAK, asunto que justificó la penúltima guerra.
Pero GREENGRASS dispuesto a demostrar que es un mago de la cámara y un genio del montaje cruza las barreras que la estética y el buen gusto imponen. Un combinado no es mejor por contener mas licor. Y cuando la agilidad y el ritmo acaban siendo confusión y agitación, las cosas ya no quedan tan bien.
Es cierto que sigue sabiendo contar las cosas pero ¿qué cosas? Siguiendo la tradición estadounidense de culpar a un individuo de los males que nos afectan a todos, aquí hay un funcionado americano que manipuló una información y gracias a ello la gente lleva siete años muriendo en IRAK.
Por supuesto también está el héroe que descubre la chapuza, se la echa en cara y la filtra a los medios de comunicación. Y ya podemos descansar tranquilos. Esto, PAUL, no nos lo esperábamos. Y nos ha sentado mal ¿qué quieres que te diga? Tienes una oportunidad de recomponer tu imagen, pero solo una ¿vale? Así pues, hasta la próxima.
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