Hablar de Audrey Hepburn es hablar de cine, de belleza, de moda y de solidaridad, porque la actriz supo aunar todo ello en su persona, la de una actriz que supo combinar todos los géneros con éxito.
Nacida en Bélgica en 1929, era hija de un británico y una baronesa holandesa que en su infancia le dieron todos los lujos y comodidades, que quedaron parcialmente truncados tras el divorcio de sus padres y con el estallido de la II Guerra Mundial.
Audrey estudió danza en Arnhem, posteriormente en Amsterdam y acabó mudándose a Londres donde se esforzaba para convertirse en una gran bailarina, pero su altura, 1’67, y su extrema delgadez a consecuencia de la mal nutrición que sufrió durante la Guerra hacía difícil que la actriz alcanzase su sueño.
Su familia necesitaba dinero y ella decidió probar con la interpretación, ya que era una profesión mejor pagada que la de bailarina, y en 1948 participó en su primera película, el film documental ‘Holandés en siete lecciones’. Después vinieron títulos como ‘One Wild Oat’, ‘Monte Carlo Baby’ o ‘The Lavender Hill’.
El 24 de noviembre de 1951 estrenó en Broadway, y con gran éxito, el musical ‘Gigi’. Su trabajo fue acogido con aplausos de público y crítica y se mantuvo con éxito en el escenario durante seis meses. Y ‘Gigi’ fue su trampolín porque poco después llegó ‘Vacaciones en Roma’. Primer éxito de taquilla, Oscar a la mejor actriz, portada de la revista Time y una amistad con Gregory Peck que duraría para siempre.
La historia de la princesa Anna le dió fama internacional. Se comenzó a hablar de una nueva estrella y su brillo no hizo más que aumentar con el paso del tiempo. Compartió protagonismo con William Holden y Humphrey Bogart en su siguente proyecto, ‘Sabrina’, y Givenchy la conoció mientras diseñaba su vestuario para esa película, convirtiéndose a partir de entonces en una de sus musas.
Había nacido una estrella y un icono de la moda. Todo el mundo quería imitarla y la tenía como inspiración y en 1955 recibió un Globo de Oro a la actriz más querida por el público. Y Audrey siguió trabajando y protagonizó títulos como ‘My Fair Lady’ o ‘Desayuno con diamantes’, cinta por la que muchos la recuerdan.
‘Una cara con Ángel’, ‘Dos en la carretera’, ‘Guerra y Paz’, ‘Charada’ o ‘Historia de una monja’, película que marcó mucho a Hepburn que a partir de este momento comenzó a centrarse más en sus labores humanitarias, creando una fundación que en la actualidad gestiona Sean, el hijo que la actriz tuvo con su primer marido, Mel Ferrer.
En su madurez Audrey Hepburn tuvo tiempo para protagonizar ‘Sola en la Oscuridad’, ‘Robin y Marian’ y ‘Always’ en la que encarnaba a un ángel y que fue su última película.
Tras su última aparición cinematográfica Audrey se dedicó a las labores humanitarias junto a su pareja, Robert Wolders, fue nombrada embajadora de UNICEF y se esforzó por acercarse siempre a los más desfavorecidos.
Su último viaje, en 1992 le llevó hasta Somalia, y ya estaba enferma del cancer de cólon contra el que perdió la batalla el 20 de enero de 1993.