Estrenos de cine

Gal Gadot se encuentra inmersa en el rodaje de Wonder Woman 1984, pero no dejan de llegarle ofertas para nuevos trabajos. La última de ellas llegaría desde  la cadena Showtime que se habría decantado por la actriz para interpretar en una miniserie a Hedy Lamarr.

Si las negociaciones llegan a buen puerto, Gadot interpretará a Lamarr en una miniserie escrita por Sarah Treem, creadora y showrunner de The Affair. Un trabajo en el que se detallará la fascinante vida de Hedwig Eva Maria Kiesler, verdadero nombre de Lamarr, conocida sobre todo por su faceta de actriz, pero relevante sin duda por su amor a la ciencia y su faceta de inventora destacando el “salto de frecuencia”, un proyecto de comunicación por radio que realizó junto a su amigo George Antheil, pianista y compositor, y que realizaron en plena Segunda Guerra Mundial. Un invento que permitiría sortear los sistemas alemanes de neutralización de torpedos por radio control.

El invento de Lamarr no fue utilizado en la Segunda Guerra Mundial pero si 20 años después, en 1962, durante la crisis de los misiles en Cuba.

A expensas de que se confirme la presencia de Gal Gadot en este biopic de Hedy Lamarr para Showtime, la agenda de la actriz sigue ocupada y Diana Price es la que más brilla, porque la volverá a interpretar en al menos 3 proyectos, incluyendo la secuela de La Liga de la Justicia.

Nacida en Austria en 1914, Hedy Lamarr y llegó a ser una de las actrices más reconocidas de su generación. Se estrenó en el cine en 1933 con la película Extasis, en la que aparece completamente desnuda, primero al borde de un lago y luego corriendo por la campiña, esto le permitió ser conocida como la primera mujer de la historia en aparecer complétamente desnuda en una película comercial y también en fingir un orgasmo. Tras esto su vida se convirtió en un infierno. Sus padres la casaron en un matrimonio de conveniencia con Friedrich Mandl, un magnate de la industria armamentística obsesionado con ella tras la película, hasta el punto de que intentó, sin suerte, hacerse con todos los ejemplares de la cinta. Con él estuvo casada hasta 1937, cuando protagonizo una rocambolesca fuga que le llevó de Viena a Paris, posteriormente a Londres y finalmente a Nueva York.

Cuando llegó al nuevo continente Lamar ya tenía un contrato firmado con la Metro Goldwyn Mayer por siete años. Participó en títulos tan conocidos como Sansón y Dalila. No siempre escogió bien sus proyectos y en 1958, con una treintena de películas a sus espaldas, Lamarr se retiró y se centró en otra de sus pasiones, la ingeniería.

Durante su primer matrimonio, cuando su obsesivo marido le prohibió dedicarse al cine y la tenía controlada en exceso y se dedicó a otro de sus grandes intereses: inventar cosas. Tras alejarse de los focos Lamar desarrolló una versión mejorada de los semáforos, una pastilla para generar bebidas gaseosas y  sus inventos ayudaron en  la creación del WiFi y el GPS.