La Junta de Gobierno Local ha aprobado hoy el contenido del convenio marco que permitirá al Ayuntamiento colaborar de manera reglada con otras entidades, públicas y privadas, para impulsar la “ciudad inteligente”.
La iniciativa es parte de Estrategia Smart City Pamplona para incentivar la colaboración público-privada en innovación con el fin de crear un escenario común para promover, en condiciones de igualdad y transparencia, el desarrollo de proyectos piloto y colaboraciones con empresas e investigadores para nuevas tecnologías y así potenciar la innovación al servicio de los ciudadanos.
El objetivo de este convenio, con vigor para diez años, es fomentar una ciudad sensible a las necesidades del ciudadano, participativa, transparente, abierta y conectada, que se base en el concepto “ciudad como plataforma de servicios”.
La idea es la innovación como mejora de la calidad de vida y cada actividad (desarrollo de proyecto piloto, prototipo, plataforma, producto, etc.) deberá llevar su propio convenio administrativo específico de adhesión a este documento marco, que tendrá que ser aprobado por el Consistorio, y tendrá una comisión de seguimiento formada por representantes de ambas partes.
El Consistorio facilitará el desarrollo de los proyectos y sus pruebas, y designará personal cualificado para cooperar a su buen fin desde la máxima confidencialidad y sin perjuicio de que, salvo acuerdo en sentido contrario, las entidades desarrolladoras obtengan en exclusiva la propiedad intelectual e industrial, así como los métodos de trabajo.
El contenido del convenio no conllevará obligaciones económicas para el Consistorio y prevé un sistema que, además de dotar a la tramitación administrativa interna de una mayor rapidez y eficiencia, genera para todos los beneficiarios una situación de igualdad basada en cláusulas de aplicación general.
La apuesta pública por el I+D+i pretende, además, tener como repercusión un efecto llamada hacia el mercado y los emprendedores navarros, que ayuda a mejorar la competitividad de la ciudad y la Comunidad foral, identificando la ciudad como un laboratorio urbano.