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Sustituidos seis álamos de la Ciudadela para evitar riesgo de caídas

Ciudadela de Pamplona. Foto: Nestor Martinez

El Ayuntamiento de Pamplona ha sustituido del interior de la Ciudadela y para evitar riesgo de caídas seis álamos que presentaban pudrición en las raíces, y ha plantado cuatro abedules de los viveros municipales que en pocos años compensarán la desaparición de los anteriores.

El número de árboles que finalmente se sustituyen responde a la adecuación de los ejemplares al espacio real disponible para su correcto desarrollo, según los actuales estándares, ha informado el consistorio.

Tras la caída en febrero de un ejemplar de Álamo blanco (Populus alba) por la pudrición interna de sus raíces en la Vuelta del Castillo, el Consistorio inició un chequeo específico de árboles susceptibles de presentar ese mismo problema, difícilmente apreciable en revisiones ordinarias.

Como resultado se han estudiado con un resistógrafo 20 álamos, de entre los 300 árboles que hay en el entorno de la Ciudadela. De esas dos decenas, ocho árboles de tamaño considerable (unos 20 metros de altura y 2 metros de perímetro), y por tanto de edad avanzada, arrojaban un cuadro de “riesgo”.

Con todo, los niveles de riesgo de esos ocho árboles eran diferentes, pues seis de ellos requerían una rápida tala, ya realizada, mientras otros dos presentaban una menor afectación por lo que sus raíces y desarrollo general será vigilado de forma específica por los inspectores.

El resistógrafo detecta si existen cavidades interiores en el árbol y su tamaño, además de la presencia de madera ‘no funcional’, puesto que la pudrición por hongo principalmente reduce la resistencia de la madera y, finalmente, precipita la caída del árbol.

Las mismas fuentes recuerdan que el Servicio de Jardines realiza habitualmente el seguimiento de los aproximadamente 60.000 árboles de unas 450 variedades de la ciudad por medio de un equipo de inspectores y técnicos que se apoyan en el Sistema de Información Geográfica y la base de datos denominada Arbomap, una herramienta de gestión que registra el historial de las labores realizadas en cada ejemplar.

Fruto de este trabajo los técnicos manejan un listado de alrededor de 200 árboles a los que se les hace un seguimiento especial y se les prescriben los tratamientos y trabajos necesarios para evitar posibles riesgos: podas, reducciones de copa o, como en este caso, el apeo o tala si es necesaria.

Pero el seguimiento ordinario y el trabajo de gestión de esa amplia masa arbórea, y de los 2,98 millones de metros cuadrados de zonas verdes de la ciudad, se hace de dos maneras distintas.

Por una parte una brigada de personal municipal asume el control de los espacios verdes de los parques históricos y otras dos brigadas municipales se encargan del arbolado del resto de la ciudad (poda y tala), en total en torno a 50 personas.

Por otra parte el resto de las zonas se gestionan mediante un contrato a empresas especializadas que cuentan con personal y el material.

En estos momentos está abierto el procedimiento de licitación del nuevo contrato de mantenimiento de Jardines y Zonas Verdes de la ciudad con un presupuesto inicial de más de 14 millones de euros en tres años.

Una de las características novedosas del contrato es que, en la división del trabajo, el arbolado marca la diferencia de labores que permitirá a empresas de diferente dimensión acceder a los distintos bloques de tareas.

EFE:
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