Hoy presentamos una de las obras mas conocidas de Botero. Se trata de una interpretación que lleva acabo el colombiano de una de las obras de arte mas conocidas de toda la pintura occidental. En realidad, lo que crea Botero es su peculiar universo basándose en una pintura tan conocida. En la escena aparecen representadas las características más importantes de la pintura de Botero y que tanta fama le han otorgado.

Fernando Botero nació en Medellín en 1932. Su padre era un vendedor ambulante. Aunque la familia tenia dinero, el destino les dejó en difíciles condiciones económicas. Su padre murió de un ataque al corazón y fue criado por su madre. Fue precisamente esta última, quien alentó a su hijo a continuar en su innata vocación de dibujar. Guiado por la intuición y amor a la corrida, desde pequeño pasaba las horas dibujando toros y toreros. Descubrió el arte con los pintores locales.

Desde que empezó a pintar tuvo una tendencia hacia el volumen, pero fue tras pasar tres años en Europa, uno de ellos en Madrid, en la Academia de San Fernando. Un día, pintando una mandolina en Méjico, trazó su arco con una gran generosidad y el hueco muy pequeñito, lo que dio una monumentalidad muy grande a la forma. Fue el punto de partida, la semilla de su trabajo de pintor, porque vio que había pasado algo ahí, extraño,  importante.

Botero tiene cuatro estudios donde trabaja, pero el único lugar donde está tres meses seguidos en verano y esculpe es en Italia, en Pietra Santa, y a veces en invierno, cuando siente necesidad. Nueva York es el templo del arte contemporáneo, donde más compran su obra, donde tiene más amigos. Pero su alma de latino, más cerca de Europa que de la cultura anglosajona, le hizo tomar la decisión más drástica de su vida: se marcha a Paris. Fue muy duro, pero ahora Paris es su ciudad.

( VÍDEO DE FERNANDO BOTERO )