A lo largo de toda la temporada de premios hemos visto a Ben Affleck luciendo una tupida barba, muy similar, aunque más recortada, que la que lucía su personaje de Tony Méndez en ‘ARGO’, y muchos la bautizaron como la barba de la suerte.
Cuando ‘ARGO’ comenzó a circular en los festivales y llegaron las primeras críticas calificándola como lo mejor del año, Affleck pensó que la barba que lucía su personaje traía suerte y decidió no cortarsela. Con ella ha recorrido escenarios y recogido premios. Con ella supo que los académicos de Hollywood no le nominaban al mejor director, pero ganar el Globo de Oro, el premio del gremio de Directores, el Critic´s Choice Award y el BAFTA en la citada categoría continuaron incrementando la leyenda de la barba de la suerte.
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Con las mieles del éxito llegando día sí día también, Affleck hizo un pacto con su familia, especialmente con su mujer, Jennifer Garner, y sus hijas Violet Anne y Seraphina Rose Elizabeth que escribieron mensajes de ánimo en las manos de su padre la noche de los Oscar.
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En el pacto que hizo con su mujer, Affleck acordó que si ganaba el Oscar a la mejor película con ‘Argo’, se cortaría la barba, y por si se arrepentía Garner acudió a la gala de los Oscar con una maquinílla de afeitar en el bolso.
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Tras aceptar el Oscar junto a George Clooney y Grant Heslov, la comitiva de ‘ARGO’ se fue al baile del Gobernador, ese que se celebra cada año tras los Oscar para deleite de ganadores, perdedores e invitados a la gala, y fue allí en un pasillo donde Jennifer Lawrence, ayudada por George Clooney, afeitó a Ben Affleck devolviendole en parte el aspecto que lucía en 1997 cuando recogió su primer Oscar con un afeitado perfecto.
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