Sacroileítis: ¿Cómo abordarla desde la fisioterapia?

Los tratamientos para la disfunción de la articulación sacroilíaca son por lo general conservadores y se centran en restaurar la movilidad normal en la articulación. Acá te explico cómo se aborda  la Sacroileítis desde las distintas técnicas fisioterapéuticas en Logroño.

¿Qué es la sacroileítis?

La sacroileítis, es una inflamación de una o de las dos articulaciones sacro-iliacas. Esta articulación es donde se juntan pelvis y columna vertebral.

La sacroileítis es una fuente común de dolor lumbar o dolor en las nalgas o los muslos. A menudo es difícil de diagnosticar ya que muchas otras afecciones causan dolor en los mismos lugares.

Se ha estimado que hasta el 10 y el 25 % de las personas que informan dolor lumbar pueden tener sacroileítis. La fisioterapia ofrece un tratamiento conservador que permite recuperar la calidad de vida de los pacientes.

¿Qué sucede en la sacroileítis?

Lo que ocurre es que el hueso sacro se inflama, concretamente su articulación sacroilíaca, en la parte baja de la espalda de la columna lumbar,  produciendo dolor al movernos y al estar sentados.

Importancia de la articulación sacroilíaca

Esta es una articulación sumamente importante, ya que cumple un papel de dar soporte al esqueleto axial, así como facilitar el parto.

La articulación sacroilíaca cumple dos funciones:

  • Alivio de la tensión en el anillo pélvico (especialmente importante durante la deambulación y durante el parto).
  • Aportar estabilidad para transferir cargas entre el esqueleto axial y las extremidades inferiores.

¿Qué causa la sacroileítis?

  • Osteoartritis – Este tipo de artritis por desgaste puede ocurrir en las articulaciones sacroilíacas y resulta de la rotura de ligamentos.
  • Espondilitis anquilosante – Este es un tipo de artritis inflamatoria de las articulaciones de la columna. La sacroileítis es a menudo un síntoma temprano de espondilitis anquilosante.
  • Artritis psoriásica – Esta afección inflamatoria causa dolor e hinchazón en las articulaciones, así como psoriasis (parches escamosos en la piel) . La artritis psoriásica puede causar inflamación de las articulaciones espinales, incluidas las articulaciones sacroilíacas.
  • Traumatismo – Una caída, un accidente automovilístico u otra lesión en las articulaciones sacroilíacas o los ligamentos que sostienen o rodean la articulación sacroilíaca pueden causar síntomas.
  • Embarazo – Las hormonas generadas durante el embarazo pueden relajar los músculos y ligamentos de la pelvis, provocando la rotación de la articulación sacroilíaca. El peso del embarazo también puede estresar la articulación sacroilíaca y provocar el desgaste de la articulación.
  • Sacroileítis piógena – Esta es una infección rara de la articulación sacroilíaca causada por la bacteria Staphylococcus aureus.
  • Desequilibrio muscular en pelvis y espalda.
  • Infecciones en las vías urinarias

Síntomas de la sacroileítis

La inflamación de esta articulación puede provocar síntomas tales como:

  • Dolor difuso en la zona de las últimas vértebras lumbares o zona glútea. 
  • El dolor puede irradiar hacia la pierna, en la parte posterior de la rodilla. 
  • Pérdida de rango de movimiento.
  • Fiebre (si de fondo hay infección).
  • Sensibilidad aumentada en la zona.
  • Contracturas musculares de músculos adyacente

Estos síntomas pueden verse agravados por cualquier posición en que se sobrepresione esta articulación. El estar mucho tiempo de pie, puede suponer una carga superior a deseada sobre esta articulación. También, el realizar movimientos unilaterales, como permanecer sobre una sola pierna,  o dar zancadas o pasos largos.

La sacroileítis puede ser bilateral, afectando a las dos articulaciones a la vez, aunque, no es muy común…

¿Qué complicaciones se asocian con la sacroileítis?

Si no se trata, la sacroileítis provoca una pérdida de movilidad en algunas personas. El dolor no tratado también puede interrumpir su sueño y provocar afecciones psicológicas como depresión.

La sacroileítis asociada con la espondilitis anquilosante puede progresar con el tiempo y provocar  artritis, haciendo que las vértebras de la columna se fusionen y se pongan rígidas, repercutiendo en la movilidad y funcionalidad del paciente.

Si no se diagnostica y maneja adecuadamente, la sacroileítis puede volverse crónica…

¿Qué tan grave es la sacroileítis?

La sacroileítis no es una lesión tan grave. Es una lesión que mejora con tratamiento de fisioterapia regular. El paciente sólo deberá seguir el plan de entrenamiento establecido por el fisioterapeuta, así como evitar los factores que promovieron la inflamación articular, para tener éxito a largo plazo.

Grados de afección sacroilíaca:

  • Grado O: sacroilíaca normal.
  • Grado I: Ensanchamiento de la interlínea.
  • Grado II: Esclerosis marginal e irregularidades del contorno articular por erosiones de los bordes articulares.
  • Grado III: Esclerosis marginal, inicio de puentes óseos.

Diagnóstico

Si tres de cinco de las siguientes maniobras de provocación son positivas, el Médico o Fisioterapeuta puede sospechar una Sacroileítis. El diagnóstico debe confirmarse mediante una prueba radiológica o una prueba de inyección.

Los Test diagnósticos son:

  • Test de Ostgaard: es una compresión empujando el fémur de la articulación sacroilíaca.
  • Test de Faber: es una tracción en la cara anterior de la articulación sacroilíaca.
  • Test de compresión: es una compresión empujando el hueso ilíaco para comprimir la articulación sacroilíaca.
  • Test de Gaenslen: es una torsión de la articulación sacroilíaca.
  • Test de “signo de dedo”: es una compresión empujando el hueso ilíaco desde atrás.
  • Test de Lasègue: es la elevación de la pierna con dolor y comparada con la no dolorosa.

Tratamiento fisioterapéutico

El tratamiento para la sacroileitis, depende directamente del grado de lesión de la articulación y de la agudeza de los síntomas que padece el paciente. Existen varios tipos de tratamiento para lidiar con esta afección, pero la gran diferencia se basa en utilizar la cirugía o no.

La fisioterapia puede ser de ayuda para fortalecer los músculos alrededor de la articulación sacroilíaca y aumentar en forma adecuada el rango de movimiento. Además, cualquier tipo de ejercicio terapéutico y de bajo impacto ayudará a aumentar el flujo de sangre al área, que a su vez estimula la respuesta de curación.

Fase inicial

Las recomendaciones de tratamiento inicial generalmente incluyen el uso de hielo o compresas frías, aplicadas en intervalos de 10 minutos según sea necesario para reducir la inflamación en el área, junto con reposo para reducir la irritación.

Pasada la fase inicial se iniciaran las siguientes técnicas: 

  • Agentes físicos analgésicos y antiinflamatorios: onda corta, microonda. magnetoterapia, láser, ultrasonido, Tens.
  • Terapia manual.
  • Técnicas osteopáticas ( Si deseas capacitarte más sobre el tratamiento y diagnóstico de estas técnicas haz clic aquí).
  • Mulligan (movilización con movimiento).
  • Ejercicios de estabilización.
  • Ejercicio de fortalecimiento.
  • Estiramientos.

 

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