Para que en una articulación puedan producirse tranquilamente los movimientos para los que fue creada, deben de existir estructuras que realicen el movimiento (que en este caso son los músculos), estructuras que permitan el deslizamiento entre un segmento y otro (en este caso el cartílago, que permite el deslizamiento de los huesos) y estructuras que permitan la estabilidad. En este post te explicaremos todo acerca de los ligamentos articulares; sus funciones, sus características, cómo se lesionan y qué hacer durante la rehabilitación de una lesión de ligamentos articulares.

Ligamentos articulares: estructuras muy diversas y absolutamente necesarias 

Los ligamentos articulares son estructuras constituidas por tejido conectivo, un tejido compuesto por fibras de elastina y de colágeno (fundamentalmente colágeno) y que funcionan para sostener y conectar distintos tipos de tejido. El colágeno de los ligamentos articulares, dispuesto a manera de haces paralelos, le aporta toda la flexibilidad y resistencia a la tracción y compresión a los ligamentos articulares (y es justo por esta disposición que se multiplica la resistencia: una fibra de colágeno es resistente, pero al asociarse muchas fibras de colágeno en paralelo se incrementa la resistencia a las fuerzas que puedan romper la unión de los huesos). A diferencia por ejemplo de los tendones, los ligamentos articulares no unen las fibras de un músculo con un hueso, los ligamentos articulares unen los huesos (2 o más piezas óseas) entre sí.

¿Para qué funcionan entonces los ligamentos articulares?

Luego de que entendemos que los ligamentos articulares son estructuras con una alta resistencia, debemos entender para qué funcionan. Debido a las células altamente especializadas que contienen los ligamentos articulares, éstos tienen 3 funciones perfectamente definidas:

• Estabilización de los extremos articulares. Indiscutiblemente, los ligamentos articulares actúan como cuerdas, que sujetan las piezas óseas en su debido lugar.
• Guíen el movimiento. Los ligamentos articulares permiten sólo los movimientos naturales o fisiológicos de las articulaciones. Limitan todo aquel movimiento que no es normal o propio de la lesión (ya que este movimiento lesiona a la articulación).
• Intervienen en la elaboración del mensaje propioceptivo en el sistema nervioso central. Los ligamentos articulares son estructuras que contienen una gran cantidad de terminaciones nerviosas, que envían toda la información relacionada con la posición de nuestras articulaciones con respecto al medio que nos rodea.

¿Qué tipos de ligamentos existen?

Existen 2 tipos de ligamentos articulares:

1. Ligamentos intra articulares: son ligamentos que, como su nombre lo indica, se encuentran dentro de la articulación. De este tipo de ligamentos articulares hay pocos en el organismo. Se caracterizan por ser ligamentos con poca irrigación, ya que dentro de las articulaciones no circula la sangre; por lo que al lesionarse su recuperación es muy lenta. Los ligamentos cruzados (anterior y posterior) son ejemplos de ligamentos intra articulares.
2. Ligamentos extra articulares: son ligamento que se encuentran fuera de la articulación. Son el tipo de ligamento que más abunda en nuestro organismo, y mantienen la continuidad con las estructuras que tienen a su alrededor de tal manera que se entremezclan en muchos casos. Son ligamentos que reciben una irrigación mayor que los ligamentos intra articulares, sin embargo no la reciben a través de una arteria propia para los ligamentos extra articulares, sino a través de los tejidos circundantes; lo que los deja expuestos a las fibrosis. Los ligamentos colaterales de la rodilla (interno y externo) son ejemplos de ligamentos extra articulares.

¿Cómo reaccionan los ligamentos articulares ante las distintas fuerzas?

Dado su bajo contenido de elastina, los ligamentos articulares no son estructuras a las que se les pueda elongar mucho. De hecho, a medida que el estiramiento de un ligamento articular aumenta, la estructura aumenta su rigidez. El único ligamento que tiene un comportamiento elástico muy alto es el ligamento amarillo, un ligamento que corre por la parte posterior de los arcos de las vértebras (y que precisamente es llamado ligamento amarillo debido a que su alto contenido de elastina lo torna de este color).

Hay 2 elementos que hay que tener en cuenta a la hora de deformar un ligamento:

• La fuerza aplicada.
• El tiempo de aplicación de la fuerza.

Si ambos elementos se combinan junto a la edad (la rigidez de los ligamentos articulares aumenta con la edad), la velocidad de un movimiento (la rigidez de los ligamentos articulares aumenta mientras más rápido se realice un movimiento) o las inmovilizaciones prologadas (igualmente, mientras mayor es el tiempo de inmovilidad mayor es la rigidez) se puede obtener como resultado una lesión grave del ligamento articular.

¿Cómo se lesiona un ligamento articular? 

Los mecanismos a través de los cuales se lesiona un ligamento articular son esencialmente la tracción (es decir, el alargamiento del ligamento) y la torsión (es decir, desviar al ligamento hacia una posición que no es natural del mismo).

Pero ¿qué sucede en el ligamento articular cuando se le aplica una fuerza en el sentido de la tracción o de la torsión que no puede manejar? Pues imaginemos un montón de cuerdas juntas: si se les estira a todas las cuerdas con mucha fuerza, una por una irán cediendo y rompiéndose las cuerdas. Si la fuerza aplicada se detiene, muchas de las cuerdas se habrán roto y muchas otras quedarán estiradas; si la fuerza continúa, se romperán todas las cuerdas. De esta misma manera se desestructura el ligamento articular, y es lo que conocemos como esguince.

Reparación de las lesiones de los ligamentos articulares 

Según el tipo de ligamento lesionado, tendremos 2 tipos de reparación:

Reparación de los ligamentos extra articulares 

El proceso de reparación en este tipo de ligamentos sigue el modelo clásico de la reparación tisular, gracias a la cantidad de sangre que recibe de los tejidos que tiene alrededor. Entonces, la reparación de los ligamentos extra articulares sigue las siguientes fases:

• Fase de inflamación. Luego de la rotura del ligamento se produce la acumulación de sangre en la zona del ligamento. Inmediatamente se segregan sustancias químicas que atraerán las células para limpiar el tejido lesionado de los desechos de la lesión y las células que comenzarán con la reparación tisular.
• Fase de proliferación. Las células reclutadas en la fase anterior comienzan a establecer las bases para el tejido nuevo. Aquí los fibroblastos toman protagonismo, ya que son las células encargadas de sintetizar el colágeno que requiere el ligamento articular lesionado.
• Fase de remodelación y maduración. El colágeno sintetizado en la etapa anterior es un colágeno muy primitivo, que debe de ser transformado para que tomen su forma original. Recién para esta fase los tejidos son capaces de soportar los movimientos de forma considerable, y es el mismo movimiento el que ayuda a las fibras y células a organizarse.

Reparación de los ligamentos intra articulares 

Los ligamentos intra articulares tienen el inconveniente de que no reciben irrigación, por lo que al lesionarse no son reclutadas las células que limpiarán la zona del tejido lesionado y los desechos y aquellas que formarán el nuevo tejido. A pesar de que en algunos casos se produzca un hematoma, puede que no se produzca el proceso de reparación del ligamento como tal. Es por esta razón que las lesiones de ligamento cruzado anterior, comunes en futbolistas, son tan difíciles de recuperar por completo.

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