Quiste de Baker o quiste poplíteo ¿de qué se trata?

El dolor en la parte posterior de la rodilla suele ser una molestia frecuente en ciertos casos y la causa que lo origina puede ser muy variada, bien sea por una tendinitis, desgarros, etc. sin embargo, en esta ocasión hablaremos acerca del dolor producido en la parte posterior de la rodilla a consecuencia del denominado Quiste de Baker o quiste poplíteo.

Quiste de Baker o quiste poplíteo ¿de qué se trata?

El quiste de Baker o quiste poplíteo se presenta en la cara posterior de la rodilla debido a un exceso del líquido sinovial de la articulación y la membrana que lo contiene cede, formándose una bolsa en la zona poplítea.

El quiste de Baker o quiste poplíteo se presenta con mayor frecuencia en aquellas personas que padecen de artritis reumatoide, lesión de ligamentos cruzados, artrosis de rodilla, lesión de meniscos y jóvenes (mayormente varones) menores de 15 años de edad.

¿Qué síntomas produce el Quiste de Baker?

Los síntomas que se producen al presentar un quiste poplíteo o quiste de Baker son los siguientes:

  • Principalmente dolor de característica difuso en la zona posterior de la rodilla, acompañado de limitación en los movimientos de la rodilla, bien sea flexión o extensión.
  • Sensación de tirantez al realizar movimientos con la rodilla.
  • Déficit neurológico.

¿Cómo se diagnostica el quiste de Baker o quiste poplíteo?

Para poder determinar la existencia de un quiste poplíteo es necesario acudir al médico para que este tome nota de la inflamación presente en la fosa poplítea e indique la realización de una resonancia magnética. Este estudio nos permite observar con mayor claridad el saco formado por el quiste y además la patología subyacente que favorece su aparición.

¿Qué tratamiento aplicar en caso de presentar quiste de Baker?

Existen 2 posibles opciones de tratamiento ante la presencia de un quiste de Baker o quiste poplíteo, las cuales son:

Tratamiento no invasivo

El tratamiento no invasivo incluye la fisioterapia, ya que el uso de determinados agentes físicos contribuye a la disminución de la inflamación y el dolor así como recuperación de la movilidad de la zona.

De igual manera se puede realizar aplicación de inyecciones de cortisona y antiinflamatorios, sin embargo, en el caso de los niños se espera que el quiste cure por si solo.

Es importante resaltar que el quiste de Baker puede romperse, generando con la inflamación y el dolor, enrojecimiento y calor en la zona del quiste.

Tratamiento quirúrgico

Este procedimiento se realiza por medio de una pequeña incisión para extirpar el quiste de baker y posteriormente realizar un sutura de la cápsula.

Posterior a la cirugía la rodilla debe ser inmovilizada con yeso o prótesis durante unos 3 días y aplicando el protocolo de tratamiento RICE (aplicación de hielo y elevación). De la misma manera, tan pronto como sea posible se comienza con suma precaución las movilizaciones pasivas.

Una vez avanzado en el tratamiento, en la segunda semana se puede iniciar con la movilización de la cicatriz para evitar la aparición de adherencias, inicio la deambulación con muletas y una vez superado el dolor, sin ellas.

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