Espondilitis anquilosante: ¿Cómo tratarla desde la fisioterapia?

En el siguiente artículo estaremos hablando de la espondilitis anquilosante o espondilitis anquilopoyética, que es una patología bastante frecuente hoy en día que suele afectar las articulaciones de la columna . Acá,  te estaré explicando todo sobre esta enfermedad y cómo es su abordaje desde la fisioterapia en Bilbao.

¿Qué es la espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante o espondilitis anquilopoyética es una artropatía inflamatoria. Es una  enfermedad de tipo reumática, que provoca degeneración en los tejidos a través de inflamaciones frecuentes o alteraciones en las propiedades de los propios tejidos. Además, es  autoinmune lo que significa que el sistema inmune del organismo ataca por error a las propias células sanas del cuerpo.

La espondilitis anquilosante es una enfermedad crónica que afecta principalmente a la espina dorsal…

¿Cómo se desarrolla la espondilitis anquilosante?

Cuando se produce la espondilitis anquilopoyética se produce una entesitis, lo que significa que todos los tejidos blandos de las estructuras articulares se inflaman frecuentemente. Las inflamaciones recurrentes dan lugar a los procesos de reparación del organismo, que endurecen los tejidos y disminuyen su movilidad. El endurecimiento de los tejidos es cada vez mayor, hasta que llega a generarse tejido óseo.

Esta entesitis afectada las articulaciones apofisarias intervertebrales posteriores y las articulaciones costo vertebrales. Más tarde, el ligamento espinal se calcifica, apareciendo los denominados sindesmofitos, dando una apariencia en “caña de Bambú”.

Causas de la espondilitis anquilosante

La espondilitis anquilopoyética es de etiología idiopática, es decir no tiene una causa conocida.

Factores de riesgo de la espondilitis anquilosante

Aunque no existe una causa concreta, la genética juega un papel importante, sobre todo aquellas personas que presentan una alta prevalencia de antígeno HLA-B27 (proteína que se encuentra en los glóbulos blancos y que combate las infecciones).

Síntomas de la espondilitis anquilosante

Esta patología puede acompañarse de manifestaciones oculares, cardíacas o intestinales. En los ojos puede producirse uveítis o conjuntivitis, en el intestino una inflamación del mismo y en el corazón trastornos de conducción. 

Otro de los síntomas que se pueden evidenciar son:

  • Entesitis (inflamación de los tejidos blandos de una articulación, sobre todo en las articulaciones de la columna vertebral y las sacro-ilíacas). Puede afectar a hombros, caderas y rodillas igualmente, pero mucho menos frecuente.
  • Rigidez que mejora con el movimiento.
  • Sale a debutar con dolor sacroilíaco y tendinitis de Aquiles (suceden de la mano, y son los que hacen sospechar de primer momento la enfermedad).

Incidencia de la espondilitis anquilosante

La espondilitis anquilopoyética afecta a más del 1% de la población, una incidencia bastante alta de la enfermedad. Afecta con mayor frecuencia al sexo masculino.

¿Qué tan grave puede llegar a ser la espondilitis anquilosante?

Con el tiempo los huesos y las articulaciones pueden unirse llegando a causar rigidez en la columna. Además, las articulaciones periféricas también pueden verse afectadas, llegando a originarse por ejemplo problemas como la dactilitis o la entesis, la cual es más frecuente en el tendón de Aquiles.

¿Cómo se diagnostica la espondilitis anquilosante?

Para determinar que es en sí la espondilitis anquilosante o espondilitis anquilopoyética se debe:

  • Realizar pruebas de imagenología como resonancias magnéticas, tomografías axiales computarizadas o rayos x simple de la columna (especialmente de las articulaciones sacroilíacas, para poder observar si existe o no una calcificación de las estructuras blandas).
  • Realizar una prueba de antígenos en búsqueda del HLA B27, el cual está presente en un 90% de los casos.
  • Realizar una prueba de factor reumatoide (que se encuentra elevado en el 100% de los casos).

Diagnóstico fisioterapéutico 

El fisioterapeuta debe valorar mediante exploraciones globales y específicas la flexibilidad del raquis. Para ello, podrá realizar pruebas diagnósticas (finger-floor)que consiste en  la distancia dedos-suelo, que valora la flexión de tronco global, donde también participan las articulaciones coxofemorales. Otra prueba útil será el Test de Schober parcial, que constituye una exploración más precisa del segmento lumbar. Será también de suma importancia conocer el estado de la musculatura, para valorar posibles contracturas y atrofias a través de la palpación.

Tratamiento fisioterapéutico

El tratamiento fisioterapéutico es netamente paliativo, está dirigido únicamente a disminuir los síntomas como la pérdida de movimiento y el dolor. El fisioterapeuta está encargado de disminuir el dolor durante la fase inflamatoria, y apenas la persona sale de la fase inflamatoria se encarga de mantener la movilidad y evitar la deformación en flexión de la columna, así como brindar las herramientas necesarias a la persona para que pueda vivir una vida sana, equilibrada y con total independencia para que la enfermedad evolucione mucho más lento.

Aún no hay un tratamiento definitivo que impida de forma definitiva la progresión de la enfermedad y evite la aparición de secuelas funcionales…

Objetivos de tratamiento 

El tratamiento de fisioterapia va encaminado a mejorar su movilidad articular, la fuerza y resistencia (sobre todo de musculatura paravertebral y CORE), mantener buena higiene postural y prevenir acortamientos musculares, mejorando así la calidad de vida del paciente.

Fisioterapia en la espondilitis anquilosante

El tratamiento fisioterápico lo podemos clasificar en dos periodos, por un lado abordaremos la fase inflamatoria y, por otro, los periodos de ínter brote.

Hay diferentes tipos de ejercicios que se pueden realizar en el tratamiento de fisioterapia de la espondilitis anquilosante. Estos son:​

  • Estiramientos​ (sobre todo de esternocleidomastoideo y trapecio superior, aductores y flexores de hombro, aductores y flexores de cadera, isquiotibiales y tríceps sural). Para mayor información sobre esta técnica haz clic aquí
  • Movilidad articular​.
  • Fuerza y resistencia (especialmente músculos paravertebrales, abdominales y torácicos).​
  • Ejercicios posturales.​
  • Ejercicios de respiración, especialmente ejercicios de reeducación diafragmática y de ventilación costal ​.
  • Ejercicios isométricos, habrá que realizarlos con pocas repeticiones para evitar un agravamiento del periodo inflamatorio.
  • Reeducación Postural Global.
  • Ejercicios aeróbicos.
  • Terapia manual, con el objetivo de dar movilidad a la columna vertebral y relajar posibles acortamientos musculares.
  • Termoterapia (Solo durante el periodo no inflamatorio), infrarrojos y onda corta.
  • Electroterapia de baja y media frecuencia.
  • Hidroterapia.

La fisioterapia es un tratamiento importante para mantener y mejorar el movimiento en la columna, mejorar el estado físico y reducir el dolor de los pacientes con espondilitis anquilosante. Los ejercicios grupales mejoran el movimiento y dan bienestar general. que ayudan a brindarle al participante una mayor calidad de vida.

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