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Premios Arte Contemporaneo
Premio-internacional-focus-abengoa-2014. Foto-grupo
Koldo Etxebarria recogiendo el Premio Internacional Pintura Focus Abengoa
Belleza era mi amor, también melancolÃa
Publicado el 5/04/2015 en MUGALARI.INFO
MIS OJOS, QUE CODICIAN COSAS BELLAS | “ … y a menudo en la noche sagrada, le prometà amarla con fidelidad hasta la muerte, sin miedo, y con su pesada carga de fatalidad, y no despreciar ninguno de sus enigmas. Asà me até a ella con un lazo mortalâ€. De este modo hablaba Hölderlin en La muerte de Empédocles, y con esa misma fuerza con la que se aferraba a la tierra grave y doliente se aferraron desde nuestros albores “los genialesâ€, los Perittoi de Aristóteles, a la melancolÃa: “¿Por qué todos los hombres que han sido geniales ya sea en filosofÃa, o en polÃtica, o en poesÃa, o en las artes parece que fueron melancólicos…? /…/ entre los de época posterior Empédocles, Platón, Y Sócrates, y un montón de otros hombres ilustres lo fueron. Aún más, de los que se dedicaron a la poesÃa, los másâ€.
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal. También con la alegrÃa, cuya mano en sus labios siempre esboza un adiós; y con el placer doliente que en tanto la abeja liba se torna veneno.
¿QUÉ MIRA HAMLET A LA LUZ DE LA MELANCOLÃA?- Acaso la roja Antares. Aquella brillante estrella que vio la Ofelia de von Trier aquel anochecer del dÃa de su aciaga boda. Justine también era brillante, un genio de la publicidad, genial inventando slogans.
O, ¿quizá la danza entre Tierra y MelancolÃa? Aquel planeta celeste, al que Claire miraba con terror, abrumada por que le arrebataba el futuro a su hijo. Aquel “estúpido†planeta que primero habÃa sido negro, porque es negro (melas) el color de la melancolÃa. Y que ahora azulado como la tierra se acercaba demasiado, peligrosamente a ella para “sobrevolarlaâ€, como dijera ese hijo sin futuro a su abatida tÃa rompe-acero. El planeta que ocultó a Antares, la estrella más brillante de Scorpio. MelancolÃa asustó a Claire quien reprochó a Justine la infelicidad que ésta ostentaba. La tierra es cruel, le respondió y no debemos llorar por ella. – Pero su hijo no tendrá futuro, solo 5 dÃas- Le ruega: â€se feliz, por favor, si yo me atrevo tú también. ¿Te resulta fácil, verdad, imaginar la peor situación posible? Es el argumento de Kant: “La gente que tiende a la melancolÃa en todo encuentran motivo de ansiedad, y de lo que primero se dan cuenta en una situación es de las dificultades (…) esta es la razón por la que se les escapa la felicidad.†Y Justine , en defensa de la melancolÃa, le responde que a veces es fácil ser como es ella, ser Justine, ser Ofelia.
O tal vez Hamlet mire a su padre, el rey Hamlet (o Shakespeare, o el creador): Mi padre…me parece ver a mi padre. ¿Dónde, señor? En la visión de mi alma, Horacio
O ¿es a Yorik? Entonces es nostalgia y no melancolÃa lo que siente al mirar su calavera – Deja que te vea. ¡Ay, pobre Yorick! Yo le conocÃ, Horacio: era un hombre de una gracia infinita y de una fantasÃa portentosa. Mil veces me llevó a cuestas, y ahora, ¡qué horror siento al pensarlo!
Pero no, no es posible que sea el melancólico de Dinamarca el que mira. El mismo lo niega: yo tengo hÃgado de paloma y me falta hiel para amargar la injuria… ¡Qué valentÃa, puf!
Entonces, ¿ES SÃSIFO, QUE MIRA COMO VUELVE LA ROCA AL PÃE DE LA MONTAÑA?- El Arte sabe dar forma a la Belleza. Para el Renacimiento y el Barroco la melancolÃa era un estado donde el ser humano “es†extremadamente susceptible a recibir las variaciones de los estados de ánimos, de los colores… Un estado propicio a la creatividad, de evocación a la imaginación, de sublimación de los sentidos: esas últimas horas de la tarde, la luz del crepúsculo sobre las viñas… Entonces es el Propio ARTISTA.
¿Y QUÉ MIRA EL ARTISTA EN UN “acceso†DE ATROZ MELANCOLÃA?- Como el SÃsifo que imagina Camus durante su “regreso†de la cima al pie de la montaña, es en este estado cuando “el artista que mira†es consciente de su condición tal vez alienada por un empleo absurdo…, ese instante sutil en el que el hombre se vuelve sobre su vida… esa hora que es la de la consciencia, cuando SÃsifo se vuelve más fuerte que su roca ¿Y si el artista que mira es también su Hombre Rebelde y no Mersault el Extranjero? ¿ La tÃa rompe- acero que por fin rompe la melancolÃa porque si el descenso se hace ciertos dÃas con dolor, puede también hacerse con gozo? Ven a curarme poesÃa: con la suave calma de los dioses, camina entre sus flores, y las brisas temen molestar al bienaventurado, y surge de sà mismo en goce creciente el entusiasmo, hasta que de la noche del éxtasis creador, salta, como chispa, el pensamiento, y contentos, los espÃritus de futuras acciones se agolpan en su alma….
Si, cae la luz. Tras el rayo verde llega la noche y es entonces cuando se desvanece la intensidad de la melancolÃa. Solo era esa luz… Son esas horas de la tarde en las que a uno le torna la saudade. Solo era, como dijo VÃctor Hugo, el placer de estar triste.
Y como dijera el hidalgo Don Quijote “a otro le parecerá otra cosaâ€
“MelancolÃa†(tintas pigmentadas sobre dibond), obra de Koldo Etxebarria seleccionada en el IX Certamen Nacional de Pintura, Parlamento de la Rioja 2015.
Pero cuando el acceso de atroz melancolÃa se cierna repentino, cual nube desde el cielo que cuida de las flores combadas por el sol y que la verde colina desdibuja en su lluvia, enjuga tu tristeza en una rosa temprana o en el salino arco iris de la ola marina… (Los versos son de Jon Keats)
* AnisiaSerendipia (Elorrio, 1962) es licenciada en FilologÃa Hispánica, documentalista y atesora estudios de Comisariado y Coordinación de Exposiciones. Es autora del blog del que toma su nombre:
http://serendip-anisia.blogspot.com.es/