Según un estudio de la Fundación Affinity, el 15% de los abandonos de perros cada año provienen de actividades cinegéticas “bien porque son considerados no aptos para cazar o por resultar imposibles para vender o intercambiar”.
El 85% de abandonos restantes se dan a manos de personas no cazadoras, y por múltiples motivos (camadas no deseadas, comportamiento del animal, factores económicos o pérdida de interés).
Pese a que el dato es bastante significativo, el colectivo animalista Libera instó el pasado octubre a la Administración gallega a prohibir el uso de canes en la práctica cinegética.
Libera cifró en 218.000 las personas que han firmado una petición favorable a que se prohÃba el uso de perros en estas prácticas por la “crueldad” que representan estas modalidades.
Asimismo, también señalan la existencia de otras investigaciones que relacionan a los perros como potenciales difusores de enfermedades en otros animales domésticos y en la fauna silvestre.
“No existe ninguna justificación para mantener la caza con perros como una actividad legal”, señalaron los animalistas.